El año acaba con una inflación del 5,8%, la tasa subyancente que excluye los alimentos no elaborados y la energía escala hasta el 6,9%, según el índice de precios de consumo (IPC), publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), sin embargo la evolución acontecida en los precios de aceites y grasas, excluidos aceites de oliva, alcanza casi el 70 por ciento de crecimiento, es decir 12 veces superior a la tendencia experimentada por el IPC, si nos referimos a aceites de oliva vírgenes y vírgenes extra estos cuatriplicaron la evolución de precios manifestada por el IPC, mientras que en los suaves e intensos este valor se sextuplicó, según recoge Asaja Jaén.
El análisis incluye los resultados de todo el año 2022, desde enero hasta diciembre, el entorno global objeto de estudio (aproximadamente el 3,5 por ciento de la superficie, y casi 4 en volumen, de los supermercados e hipermercados españoles), es decir , más de 60 hipermercados y cerca de 250 supermercados.
Los aceites de semillas, especialmente maíz y girasol, excluidos los aceites de oliva, se han incrementado (+68,65%), con mayor incidencia en los formatos de gran volumen. Los aceites refinados han subido su precio (+34,13%), siendo el aceite de orujo refinado el de mayor incremento (+84,67%) y los oliva de 1 litro los que menos lo han hecho con subidas en torno al 32 – 34%. Los aceites virgen y virgen extra, se han revalorizado (+22,63%), con subidas moderadas en los formatos premium y de cristal, que van desde el 5% al 13%, los grandes formatos vírgenes y virgen extra son los que experimentaron mayores subidas que van desde +19,45% del virgen, al 28,68% del virgen extra. Los formatos de litro se mueven en subidas de un +17,75% en los virgen extra y un +18,87% en virgen.
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