La nueva PAC que va a entrar en vigor próximamente es unánimemente rechazada por los agricultores de la Unión Europea. Eso es así porque el instrumento creado para compensar la baja renta de los agricultores ha dejado de cumplir ese cometido. Por una parte, el presupuesto de la PAC hace más de 10 años que se congeló y no asume ni los incrementos del IPC. Pero además el giro ecologista que ha tomado la PAC, restringiendo el uso de fitosanitarios, abonos y aumentando la superficie ecológica sabemos (ver Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) , la consultora HFFA Research , el Centro
Común de Investigación de la UE (CCI) , la Universidad de Kiel y la Universidad y centro de Investigación de Wageningen) que va a suponer una disminución generalizada de la producción agrícola que oscila entre el 7% y el 30% dependiendo del cultivo de que se trate. Es decir, la PAC no sólo supone menos ayuda que antes, sino que tendrá como consecuencia menos producción agrícola y menos ingresos.
Como dicen esos estudios, en realidad producir menos en Europa no va a suponer que se haya menos contaminación en el mundo, porque lo que no produzcamos aquí lo tendremos que importar y se contaminará allá. Es decir, los tomates, naranjas o maíz que deje de producir aquí por no poder abonar o proteger los cultivos con fitosanitarios, se producirán en Marruecos, Sudáfrica o Brasil con los abonos y fitosanitarios prohibidos aquí y que contaminarán igual el planeta aumentando la desforestación. Aquí perderemos producción y empleo. Dependeremos más de terceros países en materia alimentaria. Y además los consumidores se tragarán los productos tratados con lo que en Europa estaba prohibido.
A raíz de la pandemia del COVID-19 y la guerra en Ucrania hemos visto cuáles son las consecuencias de depender de terceros países en materias estratégicas. Las fábricas de coches, electrodomésticos y equipos electrónicos se han parado por falta de chips. Las dificultades en el transporte marítimo de muchas materias que necesitábamos importar de fuera han ralentizado el funcionamiento de muchas fábricas. La falta de arribadas de barcos cargados de cereales, que fundamentalmente venían de Ucrania, ha encarecido los piensos y la cesta de la compra. El gas del que depende Europa ha subido a cotas nunca vistas, afectando a todos los sectores de la economía. Todo se ha encarecido: el papel, el cartón, el vidrio, los plásticos, los combustibles, los abonos… en una espiral inflacionista que acaba de empezar. La imagen de unas economías europeas débiles y asfixiadas por haber abrazado tesis ecologistas sin haberse previsto unas mínimas salvaguardas ha sido decepcionante. Son cuestiones muy graves que las están pagando, sobre todo, los estratos más bajos de la sociedad, tal y como ya habían advertido algunos especialistas .
La reacción europea para solucionar estos problemas ha sido la lógica: Tomar medidas para tratar de evitar nuestra dependencia exterior. En materia de chips, Europa ha lanzado un gran plan de 43.000 millones de euros para acabar con su dependencia de Asia y EE.UU. En materia energética Europa ha pasado a reconocer la energía nuclear y el gas como verdes. Se busca ampliar el número de proveedores de gas mientras se amplían esas fuentes energéticas propias. Sin embargo, la respuesta en agricultura y
alimentación ha sido la contraria a la que se ha producido en los sectores energético e industrial. En agricultura se ha creado escaso un fondo de 500 millones de euros (67 para España) para ayudas y se va a permitir cultivar excepcionalmente el 5% de tierras dedicadas a barbecho o superficie de interés ecológico (SIE) en 2022 (cuando ya está todo sembrado y además son las peores).
Pero sobre todo se insiste en acelerar la reducción del uso de abonos químicos y fitosanitarios, y en el mantenimiento de las medidas medioambientales previstas, porque consideran que, de ese modo, la agricultura europea será más resiliente y menos dependiente de importaciones, sin abrir la posibilidad de recurrir a tecnologías de edición genética que pudieran ayudarnos en este aspecto.
Creo que también podrían haberles dicho a las fábricas de automóviles que produjeran un 30% menos, porque así importaríamos menos gas, menos chips y menos tierras raras y serían fábricas más resilientes
y contaminaríamos menos aquí. Y a cambio importaríamos coches japoneses y americanos y contaminaríamos allí. ¡Como si eso no nos afectara también!
Hace unos días asistí a una videoconferencia de Alan Belward, director en funciones de Seguridad Alimentaria del Joint Research Centre de la Comisión Europea, centro que cuenta con 400 científicos que
asesoran a la Comisión Europea. Y cuando se le expuso que la restricción al uso de abonos y fitosanitarios supondría una disminución de producción y que eso podría afectar a la seguridad alimentaria europea
nos dio una clara respuesta: Son conscientes de que se producirá una disminución de la producción, pero la seguridad alimentaria no se verá afectada porque piensan que con un cambio de dieta a favor de más vegetales y menos carne la alimentación europea no correrá ningún peligro.
Esa es la idea de la Comisión Europea: Cambiar la dieta alimentaria europea. Si reducimos el consumo de carne, huevos, leche, yogures y quesos nos bastará con una cabaña ganadera más pequeña y precisaremos de menos cereales para alimentarla.
A cambio habrá que comer más verduras, arroces y legumbres. Y seremos más ecológicos. Es un plan ideado desde arriba para imponer un cambio a la población, como los que se hacen en los países totalitarios.
El inconveniente que le veo es que la situación mundial no está para que nos dediquemos a bajar nuestra producción agrícola. En China la cosecha de trigo ha sido muy mala y la cabaña porcina ya ha alcanzado los 200 millones de cerdos que tienen que alimentar recurriendo a las importaciones. En el norte de Argentina y sur de Brasil tienen malas cosechas de maíz. En Ucrania no se va a poder cosechar el trigo ni sembrar maíz o girasol. En Rusia también tendrán restricciones para exportar sus productos. Los fertilizantes a nivel mundial han multiplicado su precio por tres, y los agricultores fertilizan con cuentagotas. Y los países del norte de África intentarán comprar cereales donde puedan porque recuerdan muy bien las revueltas de la Primavera Árabe por los precios del trigo, como en México la crisis de las tortitas.
Es decir, este año y el próximo todo apunta a que la alimentación mundial se va a poner muy cara. Eso lo estamos viendo en los supermercados y en los datos de la inflación. Y lo que nos queda. Por eso parece que en Bruselas no se enteren de lo que está sucediendo y quieran echar más leña al fuego. Como Maria Antonieta cuando dijo: Si el pueblo no tiene pan, que les den pasteles.
La sociedad está demandando cambios en las prácticas en el uso de fitosanitarios y fertilizantes químicos!
Estamos muy contaminados ya en Europa y no se puede seguir produciendo y contaminando y además recibiendo dinero caído del cielo.
Ejemplo para repensar el sistema nefasto es el de macrogranjas de cerdos.
Los agricultores y ganaderos (grandes productores) tienen que replantearse que no todo es válido y que tienen que ir de la mano de los científicos y sociedad.
La «sociedad» demanda …
Pero ¿la «sociedad» está dispuesta a pagar lo que sus «demandas» representan?
O como dice el articulo, ¿nos haremos los «guais» no contaminando en Europa, pero «cerraremos los ojos» e importaremos productos que contaminan en sus lugares de origen y que también contaminan en su transporte, solo porque nos resultan más baratos?
No olvidemos que, como dicen los ecologistas, «la contaminación no tiene fronteras» y que lo que contaminan los «chinos» produciendo los productos que nosotros no producimos e importamos también contamina el planeta.
Hay que ser coherente con lo que «demandamos»
Y si «demandamos» (como sociedad y como individuos) un sistema de producción agrícola y ganadera «menos contaminante», deberemos ser capaces de pagar y adquirir estos productos (locales y de proximidad) a un precio algo más elevado.
¿Estamos dispuestos?
¿En serio?
Estamos dispuestos a subvencionar insumos agrícolas, alimentación animal y almacenamiento privado? Y se sigue produciendo sin reflexionar?
En efecto, también los agricultores tenemos que plantearnos si estamos dispuestos a producir para un mercado «local y de proximidad» para satisfacer las necesidades de nuestros vecinos.
(en vez de producir para la «exportación» y «grandes comercializadoras» que resulta más sencillo)
Pero para ello, es necesario que exista «mercado».
Es decir, que esta «sociedad» que demanda … esté dispuesta a adquirir estos productos locales y de proximidad a un precio algo más elevado.
Porque si esta «sociedad» que demanda … sigue adquiriendo los productos «más baratos» (sin importarle ni el dónde ni el cómo se han producido, ni lo que se ha contaminado en su producción y transporte) están abocando a nuestros agricultores a tener que producir también «barato».
Lo primero que tenemos que preguntarnos es si, realmente, la «sociedad» demanda …
Y si esta sociedad «demanda» de forma real, «coherente y consecuentemente». Es decir, si está dispuesta a asumir las consecuencias de su demanda y a adquirir y a pagar algo más por estos productos.
O, si por el contrario, de forma incoherente («hipócrita» más bien) -y a pesar de que «demanda»- va a seguir adquiriendo los productos «más baratos», sin importarle los medios con que se hayan producido ni la contaminación generada.
Lo segundo, hay que «cuantificar» esa «demanda».
Porque «obras son amores» y, en este caso, eso se demuestra en si -como consumidores- estamos dispuestos a pagar un mayor precio por estos productos «locales y de proximidad».
De lo contrario, de no ser así, habrá que plantearnos si no estamos ante un simple «postureo progre-guai» (¿de unos pocos?).
La sociedad demanda que haya alimentos en las estanterías de los supermercados.
Si lo que queremos es que pase como Cuba o Venezuela, entonces todos haremos «operación bikini» pero forzada.
Nuestros políticos no se han parado a analizar que Rusia y Ucrania exportan fertilizantes a todo el planeta. Para producir cereales es indispensable fertilizantes nitrogenados y para ello la única vía rentable es el gas natural. España sólo produce la mitad de fertilizantes nitrogenados que consume.
Veremos si se puede abonar la próxima campaña y qué se puede producir.
Que nadie venga llorando después. Y la puñetera futura PAC, que se la metan por donde quieran toda esa patraña de politicos de la Comiisión Europea que van a llevar ala ruina al sector primario ademas de matar de hambre a Europa.
Hipocritas de la Comisión Europea!! machacando a exigencias a los agricultores europeos para que luego importen productos de paises donde se contamina y se pone en riesgo a la salud libremente!!
Totalmente deacuerdo. Todos los k apoyan las argucias políticas ecoterroristas o chupan del bote o son unos domingueros k se dedican al campo de hoby.
Los verdaderos productores somos 4 gatos y nuestra opinión no cuenta para nada.
Esta política ecoterrorista de corte comunista impuesta desde Bruselas y España, traera desabastecimiento, hambre, ruina, paro y desintegración social.
Bueno, a ver que pasa con la ruina que viene… espero que los payasos ambientales de Bruselas y los socialcomunistas verdes españoles que nos gobiernan, estén dispuestos a comer gusanos grillos y raíces para subsistir, porque de lo contrario el carnaval y el conflicto esta armado.
A ver como nos convencen de comer gusanos verduras y tofu, que lo quiero ver…
Y otra cosa, aquí se habla mucho de basculacion de contaminación, pero muy poco de las hambrunas que crearan (y están creando) estas políticas ecoterroristas, verdes y sociales en África china y la India
Excelente artículo y reflexión, las alternativas de fertilización biológica utilizando diferentes microorganismos benéficos con capacidad de capturar Nitrógeno atmosférico, e ndofitos y rizosfericos y de solubilizar y extraer los nutrientes que las plantas requieren, son un recurso eficiente que debemos utilizar para producir alimentos saludables y alcanzar la sostenibilidad del planeta.
Asi es majo, la sostenibilidad del planeta hay k conseguirla con más funcionarios y políticos k gastan poco y producen mucho. Los endocrinos y las ecopayasadas solventaran las hambrunas venideras y revueltas sociales. Ale majos k mundo tan bonito estáis creando para vuestros hijos…
Los primeros interesados en que se sigan echando bien de productos a el campo son las multinacionales, menudo chollo que tienen . Otras prácticas serían mucho más saludables. Quien pone el cascabel al gato?
Tonterias, esa excusa es como la de poner de escudo el millon de funcionarios médicos profesores y gusrdia civiles para excusar los 4 millones de parasitos k no hacen nada más k chupsr de la teta de todos k producimos. Pues el caso de k el ecoterrorismo les interesa a las multinacionales es falso, pork las multinacionales seguirán ganando igual y comprando politicos para k hagan la vista gorda con sus fechorías, cosa k nosotros tendremos k apretarnos y al final cerrar…