13 de febrero de 2009. La organización UPA denuncia que cada vez son más los ganaderos de Castilla y León que se están negando a revacunar contra la lengua azul por el incremento de mortalidad en las granjas.

Lo que en un principio parecía no revertir demasiados problemas, sin embargo de un tiempo a esta parte se ha convertido en una evidencia, y es que la aplicación de las vacunas contra la lengua azul sobre todo en ovino, pero también en vacuno, está generando cada vez mayor número de reses muertas recién vacunadas.

Nuestra organización expresa la enorme preocupación y miedo que tienen los ganaderos ante una hipotética avalancha de muertes, y por eso en muchos casos se están negando a revacunar sus explotaciones ante la incertidumbre generada por la vacunación del serotipo 8.

UPA solicita que se interrumpa la aplicación de la misma hasta que expertos en la materia avalen que no existe relación alguna de causa-efecto entre la aplicación de la vacuna y la muerte de los animales.

Lo cierto es que a día de hoy cada vez son más los ganaderos de provincias como Palencia, Salamanca ó Ávila que han denunciado en las oficinas comarcales de nuestra organización el caso no solo de muertes, sino también de otras patologías como abortos, retenciones placentarias o incluso comportamientos extraños de los animales.

Ante esta situación, UPA pide máxima responsabilidad al Gobierno regional para que tome cartas en el asunto. Además consideramos adecuado que los jefes de los Servicios Territoriales de la Junta reúnan periódicamente las mesas provinciales, para explicar detalladamente la trascendencia de cualquier repercusión que pudiese tener sobre la cabaña ganadera la aplicación de la citada vacuna.