Según un estudio de la Universidad de Iowa, la sal podría actuar como una sustancia antidepresiva mejorando el ánimo, lo que podría ser una de las razones que explicasen la tendencia a consumir sal en exceso, como sucede en los países desarrollados.

En el estudio, realizado con ratones de laboratorio se ha visto que los alimentados con una dieta pobre en sal no realizan actividades de las que normalmente disfrutan las que tienen una dieta con más sal, presentando unos síntomas que se podrían asimilarse con adición a la sal y depresión relacionada por su ausencia.

El consumo medio de sal en EEUU es de 10 gramos diarios, frente a una dosis recomendada de 4 gramos. La situación es similar en otros países desarrollados. Este consumo excesivo de sal es una de las principales preocupaciones de las autoridades sanitarias.