Aunque China acaba de confirmar oficialmente que el primer brote de influenza aviar en el país se ha producido esta semana, un artículo aparecido en el último número de la revista New Scientist, no es de la misma opinión. Ya hay países que han reconocido que conocían de la existencia de la enfermedad mucho antes de informar públicamente sobre la misma. Tal es el caso de Indonesia, que ha admitido que el virus H5N1 se lleva extendiendo desde agosto y de Tailandia, donde apareció en noviembre pasado.
Según New Scientist, los científicos consideran que la enfermedad se debió iniciar en la primera mitad de 2003 y probablemente su origen sea China. Después que en 1997, toda la cabaña avícola de Hong Kong fuera sacrificada por el brote de influenza de un virus H5N1, los productores optaron por vacunar con virus inactivado H5N1. Según los expertos, esto ha sido un error debido a que si se usa una vacuna que no concuerda con el virus que se quiere controlar, lo que se consigue es que el virus se replique y que los animales no muestren síntomas de tener la enfermedad.
De esta forma, la vacunación intensiva que se llevó a cabo en el sur de China podría haber sido el origen de que el virus se hubiera extendido sin ser visto. Como causas de propagación se señala a las aves silvestres o las peleas de gallos, que son muy populares en el país.
Actualmente en China están en cuarentena una treintena de explotaciones en el área afectada.
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