Se acaba de publicar el Reglamento 2052/2003 que introduce nuevas normas para la comercialización de los huevos. Una de las novedades que incluye es que se permitirá el lavado de los huevos hasta el 31 de diciembre de 2006, siempre que se cumplan determinadas circunstancias.
Hasta ahora, cuando un huevo de categoría A era lavado bajaba a la categoría B. Sin embargo, a partir del 1 de enero de 2004, las categorías B y C se van a refundir en una única categoría B, que no podrá seguir vendiéndose como huevos de consumo. Esto creaba problemas en algunos países donde el lavado de los huevos es una práctica habitual, como es el caso de Suecia, donde desde hace más de 40 años se lavan aproximadamente la mitad de los huevos producidos. También se creaba un cierto conflicto en países en donde dicha práctica empezaba a ser demandada por el consumidor, como es el caso del Reino Unido e Italia.
Lavar los huevos es un tema polémico dado que hay opiniones enfrentadas sobre el mismo. Los defensores de esta práctica consideran que con el lavado se elimina la posible presencia de parásitos, bacterias, virus, hongos, polvo o urato en la cáscara, que pueden contaminar los receptáculos de los refrigeradores, u otros alimentos al manipular los huevos.
Por el contrario, los detractores del lavado consideran que éste puede utilizarse para ocultar prácticas de higiene inadecuadas en granjas y centros de embalaje. Además, el huevo tiene una membrana, la cutícula, que es un recubrimiento orgánico que protege toda la superficie del huevo contra la deshidratación y los contaminantes que se encuentran en la superficie del huevo y que podría dañarse con el lavado.
La Comisión ha optado por pedir un informe científico a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria sobre los posibles riesgos sanitarios del lavado de los huevos y mientras tanto autorizar con carácter provisional el lavado de huevos durante 3 años. La norma publicada ofrece la posibilidad a los centros de embalaje que a fecha 1 de junio de 2003 dispusieran de autorización para lavar huevos, que puedan seguir haciéndolo hasta el 31 de diciembre de 2006, comercializando dichos huevos en aquellos Estados miembro donde se autorice. También establece que los huevos lavados deben ajustarse a los criterios establecidos para la categoría A, teniendo que llevar la mención «huevos lavados» en el embalaje.
Otra novedad que incluye la nueva norma es que a partir del 1 de julio de 2005, los huevos que se vendan por el productor en los mercados locales deberán llevar el correspondiente código. Hasta ahora, los huevos comercializados mediante estas ventas directas, salvo las subastas, estaban eximidos de esta obligación de marcado. Sin embargo, se ha visto que llevar a cabo el control de esta excepción era muy difícil.
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