La producción española de arroz para la campaña 2025/26 alcanzará 761.515 t, de las cuales 336.575 t corresponderían a variedades Japónica y 424.939 t a Índica, según Cooperativas Agro-alimentarias de España. La cosecha nacional de arroz 2025/26 en España se sitúa así un 27,43% por encima de la campaña 24/25, aunque todavía lejos de las más de 900.000 t registradas en 2011.
Andalucía lidera la producción con 343.650 t, seguida de Extremadura (150.238 t), Cataluña (138.957 t) y la Comunidad Valenciana (101.004 t). El rendimiento medio nacional se sitúa en 7,82 t/ha, un 12,86% más que en 2024 y un 14,36% por encima de la media del periodo 2020–2024. Según el sector cooperativo, esta evolución positiva consolida la recuperación del potencial productivo tras varios ejercicios irregulares marcados por la climatología adversa.

En esta campaña se han registrado incrementos de superficie y producción en casi todas las zonas arroceras, excepto Aragón, Navarra y la Comunidad Valenciana. Destaca el caso de Andalucía, con un 43% más de superficie y un 83% más de producción, seguida de Extremadura, donde la superficie crece un 6% y la producción un 7%.
Un cultivo estratégico, presionado por plagas y pérdida de superficie
Las variaciones de superficie y producción de las últimas campañas han estado estrechamente ligadas a la climatología y al impacto creciente de plagas y malas hierbas, un problema agravado por la falta, cada vez más acusada, de herramientas eficaces para controlarlas. El sector subraya que el arroz es un cultivo clave en las principales zonas productoras, donde en muchos casos constituye la única alternativa agronómica viable.
Más allá de su importancia económica, se recuerda que los arrozales desempeñan un papel fundamental en la biodiversidad, la protección de aves migratorias y la conservación medioambiental de humedales y espacios inundables. Sin embargo, el descenso forzoso de la superficie arrocera registrado en los últimos años ha provocado una caída de la producción con graves consecuencias para las economías rurales y un aumento de la dependencia de importaciones extracomunitarias.
Ante este escenario, el sector solicita la puesta en marcha de medidas urgentes y excepcionales que permitan utilizar materias activas consideradas imprescindibles para la sanidad vegetal del arroz. La desventaja competitiva que generan las restricciones fitosanitarias no armonizadas entre Estados miembros de la UE, y frente a terceros países, se percibe como una amenaza directa para la viabilidad del cultivo en España.
SPG, importaciones sin arancel y presión sobre el sector europeo
En paralelo a la evolución positiva de la cosecha nacional de arroz 2025/26 en España, el sector arrocero europeo se enfrenta a un momento crítico por las negociaciones en curso sobre el Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG). El marco actual, combinado con acuerdos comerciales preferenciales, acuerdos bilaterales y contingentes arancelarios, permite la entrada anual en la UE de unas 635.690 t de arroz blanqueado sin aranceles, además de volúmenes significativos de arroz descascarillado, especialmente variedades basmati procedentes de India y Pakistán.
Las cooperativas advierten de que esta creciente afluencia de importaciones libres de impuestos a bajo precio, unida al aumento de los costes de producción y a diversas presiones estructurales, climáticas y ambientales, está sometiendo al sector arrocero europeo a una presión sin precedentes. Sin medidas correctoras mínimas, se teme que el futuro del cultivo y de sus áreas productoras pueda verse seriamente comprometido.
No se cuestionan los principios del SPG, considerado crucial para apoyar a los países en desarrollo, pero se insiste en que esta solidaridad debe ir acompañada de medidas que aseguren la viabilidad de los sectores agrícolas europeos más vulnerables, como el arroz. De lo contrario, advierte el sector, la competitividad, la seguridad alimentaria y el valor ambiental de las regiones rurales europeas podrían verse gravemente afectados.
Etiquetado de origen para reforzar la transparencia
Entre las herramientas planteadas para mejorar la posición del arroz europeo se destaca la inclusión obligatoria del país de origen en el etiquetado. Esta medida se considera clave para garantizar la transparencia en el mercado, proteger a los productores frente a la competencia desleal y reforzar la confianza entre productores y consumidores.
En este sentido, se valora positivamente que, en el marco de la reforma del reglamento de la OCM Única, pieza clave de la PAC, se haya propuesto abrir la puerta a esta modificación. La medida responde a una demanda formulada desde hace años por el sector arrocero, que viene reclamando su implementación y espera que pueda convertirse en una realidad en la nueva normativa.





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