Durante los últimos 25 años, las ubres de las vacas frisonas holandesas (Holstein de capa negra) se han vuelto notablemente menos profundas, según los datos de la Animal Evaluation Unit (AEU) de la Cooperativa CRV. Esta evolución morfológica, registrada entre 1997 y 2025, ha ido acompañada de un aumento significativo en la producción de leche, lo que demuestra que la mejora genética no ha comprometido la eficiencia productiva.
La CRV atribuye esta tendencia al progreso de los programas de selección genética, que han priorizado la funcionalidad de la ubre y la salud mamaria junto con la producción. En el informe se muestra que el valor genético para la profundidad de ubre aumentó en unos 11 puntos entre 1997 y 2022, lo que equivale a una mejora de 1,9 puntos en la evaluación visual realizada en las inspecciones de campo.
Mejores ubres, más leche
Esta evolución se ha producido en paralelo a un fuerte incremento de la producción media de leche. Según la cooperativa, la capacidad genética para la producción láctea se incrementó en casi 1.600 kg por vaca durante el mismo periodo. En otras palabras, las vacas actuales no solo presentan ubres más firmes y elevadas, sino que también producen más leche que sus predecesoras.
De acuerdo con el sistema de calificación descrito en el Keuringsrapport de la CRV —basado en 19 características lineales y 6 de valoración general—, la profundidad de la ubre (uierdikte) se mide en una escala del 1 al 9, donde las puntuaciones más altas corresponden a ubres más poco profundas y mejor adheridas. Esta característica está directamente asociada a una mayor longevidad y facilidad de ordeño.
Genética orientada a la longevidad y bienestar
Los responsables del programa de mejora destacan que la reducción en la profundidad de la ubre no solo mejora la estética del animal, sino que contribuye a reducir el riesgo de mastitis y favorece la comodidad durante el ordeño mecánico. Las vacas con ubres menos profundas mantienen mejor la posición de los pezones y soportan mejor el peso de la leche, factores clave para prolongar su vida útil dentro del rebaño.
El avance genético en este rasgo, junto con la estabilidad en otras características estructurales como la altura del anclaje posterior y la firmeza del ligamento suspensor, demuestra la eficacia del modelo de evaluación de la CRV, que combina criterios de morfología, salud y producción.
El informe completo y las pautas de calificación están disponibles en el documento oficial Keuringsrapport de la Cooperativa CRV, utilizado como estándar para la evaluación de animales de raza frisona en Países Bajos y Bélgica.





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