La pasada semana se celebró una reunión entre los ministros de Agricultura, Pesca y Alimentación y de Economía, Comercio y Empresa con representantes del sector agroalimentario para debatir la Declaración Conjunta firmada el 21 de agosto entre la Unión Europea y Estados Unidos. El pacto establece un arancel máximo del 15 % para la gran mayoría de exportaciones europeas al mercado estadounidense.
Las organizaciones agrarias españolas coincidieron en expresar un rechazo frontal al acuerdo, al considerar que sacrifica al campo europeo en beneficio de otros sectores. Cada una de ellas expuso sus valoraciones y demandas específicas.
ASAJA
ASAJA calificó el pacto como un “acuerdo negativo” en el que agricultores y ganaderos vuelven a ser moneda de cambio. La organización reclama que, mientras no se apruebe el reglamento definitivo, se tengan en cuenta los sectores más sensibles. Pide además a la Comisión Europea un paquete de ayudas compensatorias y al Gobierno de España la puesta en marcha de ayudas de Estado, siguiendo el ejemplo de países como Polonia.
La única valoración positiva que reconoce ASAJA es la seguridad jurídica que aporta a corto plazo, pero subraya que el balance global es negativo y que se necesitan medidas urgentes para evitar una pérdida de competitividad insostenible.
COAG
COAG denunció que el acuerdo supone una cesión unilateral a los intereses de Estados Unidos y que legitima una “competencia desleal intolerable”. La organización considera que Bruselas ha sacrificado nuevamente a la agricultura en favor de intereses industriales, militares y geopolíticos.
El sindicato agrario alerta de que se han concedido ventajas a exportaciones estadounidenses en productos como almendras, lácteos, frutas, hortalizas y carne de cerdo, además de flexibilizar requisitos sanitarios y ambientales. Por el contrario, sectores estratégicos europeos como el vino o el aceite no han obtenido beneficios en el acceso al mercado estadounidense.
COAG exige el rechazo del acuerdo en el Parlamento Europeo, un estudio urgente de impacto y la defensa de los estándares sanitarios y ambientales europeos.
UPA
UPA también mostró su oposición, calificando el texto de “reglas nada ventajosas para el sector agrario europeo y español”. La organización advierte de que Europa ha negociado con debilidad frente a otros bloques como China y que el acuerdo rompe las reglas del comercio internacional.
Además, subraya que este pacto implica un riesgo de cambio de modelo de producción, ya que en Estados Unidos se permiten prácticas no autorizadas en la UE, como el uso de transgénicos, hormonas o antibióticos. UPA defiende la puesta en marcha de medidas compensatorias, especialmente para explotaciones familiares, y reclama reforzar las campañas de promoción en el mercado norteamericano.
Unión de Uniones
Unión de Uniones denunció que el acuerdo consolida un arancel del 15 % sobre productos estratégicos como vino, aceite de oliva, quesos y jamones, lo que deja al campo europeo en desventaja mientras se facilita la entrada de exportaciones estadounidenses. La organización recuerda que España mantenía un superávit agroalimentario con Estados Unidos de 1.500 M€, que ahora podría verse comprometido.
También criticó concesiones regulatorias, como la flexibilización del Reglamento de Deforestación para Estados Unidos, mientras que se mantiene la exigencia estricta a agricultores y ganaderos europeos. Unión de Uniones reclamó a los ministros la elaboración de informes de impacto reales y la reforma del Plan de Respuesta y Relanzamiento Comercial, al tiempo que pidió firmeza en la defensa del principio de reciprocidad.
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