La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha calificado de “ataque frontal al campo europeo” la propuesta presupuestaria presentada por la Comisión Europea para el periodo 2028-2034. La organización considera que el recorte del 22 % en los fondos de la Política Agraria Común (PAC) supone un punto de inflexión histórico en el modelo europeo de integración, y denuncia que la PAC ha sido sacrificada para financiar el gasto militar y el pago de la deuda de los fondos Next Generation.
Según ha afirmado el secretario general de COAG, Miguel Padilla, “entre tractores y tanques, Von der Leyen ha elegido recortar un 22 % los fondos agrarios y multiplicar por cinco el gasto en defensa”. La organización considera inaceptable que se margine una política clave para la alimentación, la sostenibilidad y el relevo generacional en el campo.
Incoherencias entre discurso y financiación
COAG ha subrayado la contradicción entre los objetivos comunitarios de sostenibilidad, digitalización e innovación y la drástica reducción de fondos que se propone. “¿Cómo vamos a rejuvenecer el campo si no se garantizan las ayudas para jóvenes? ¿Cómo vamos a hacer agricultura verde sin apoyo a la modernización?”, se preguntan desde la organización.
Uno de los elementos más criticados es la desaparición del segundo pilar de la PAC como programa específico para el desarrollo rural, que se diluye ahora en fondos nacionales junto a otras políticas de cohesión. A juicio de COAG, esto encubre un recorte sin precedentes y renacionaliza una política que, precisamente, requería más integración europea y no menos.
La organización lamenta que los objetivos del Pacto Verde quedarán en papel mojado si no se refuerza la financiación. “Europa exige más al agricultor y le da menos. Es un sinsentido que amenaza la coherencia del propio proyecto europeo”, ha afirmado Padilla, recordando que muchas de las promesas del comisario de Agricultura quedaron en meros relatos que no dan respuesta a los problemas reales.
Consecuencias sociales, políticas y alimentarias
COAG ha advertido de las consecuencias que tendrá este abandono institucional del campo. En lo social, supondrá un nuevo golpe a la economía rural y la despoblación; en lo político, alimentará la contestación y el malestar en el sector; y en lo alimentario, afectará directamente al consumidor.
“La propuesta llena las neveras de incertidumbre y los tickets de la compra de importaciones sin control. ¿De verdad queremos depender de terceros países para preparar nuestros gazpachos y ensaladas?”, alertan desde la organización, que avisa de un impacto directo sobre los precios, la calidad y la seguridad de los alimentos.
COAG exige una respuesta contundente del Gobierno
La organización ha reclamado al Gobierno de España y a los europarlamentarios que se opongan frontalmente a la propuesta de la Comisión. Exigen una PAC fuerte, con dos pilares sólidos y una dotación suficiente para sostener al sector. “La soberanía alimentaria es tan estratégica como la defensa. Sin agricultores, no hay alimentos. Sin alimentos, no hay Europa”, ha sentenciado el secretario general.
COAG advierte que, si no se modifica la propuesta, el campo responderá con movilizaciones. “Los tractores volverán a las carreteras. Que se prepare Bruselas”, concluyen.
La reforma de la PAC de 2003 introdujo los denominados «cupos» o desacoplamiento de las ayudas de la producción y régimen de pago único por explotación. Esta propuesta fue muy criticada por todas aquellas personas que se dedicaban de forma profesional al sector puesto que daba a entender que la producción de todos aquellos productos regulados por la PAC iba a descender (si te dan una subvención por un derecho de ovino y no hace falta tener ovejas, las ovejas desaparecen, como así ha sido. Si te dan una subvención por hectárea de olivar y no hace falta entregar las aceitunas éstas no se recogen). Las posteriores reformas de la PAC se han ido basando sobretodo en el cumplimiento de objetivos medioambientalistas. Poco a poco la gente del sector nos hemos ido dando cuenta de que lo que pretende la UE es NO PRODUCIR, lo traemos de fuera.
A la UE ya no le interesa la soberanía alimentaria precisamente uno de los objetivos del Tratado de fundación de la UE después de la II guerra mundial.
Que Europa exija más al agricultor y le dé menos no es un sinsentido, es una orientación de la política que se lleva fraguando ya hace más de 20 años. NO PRODUCIR.
Los acuerdos económicos con terceros países refuerzan esa teoría. NO PRODUCIR.
Para ello es necesario asfixiar a los productores con trámites burocráticos, menos ingresos procedentes de las ayudas, prohibición de productos fitosanitarios y zoosanitarios y un largo etc, etc,
Llenar la nevera será cada vez más caro puesto que cada vez se producirán menos alimentos en la UE.
Las manifestaciones de agricultores y ganaderos que se llevaron a cabo sirvieron de poco. Las reuniones con el Ministro de agricultura fueron un paripé por parte del Ministerio, para quitárselos de encima.
Todos aquellos que se dediquen a la agricultura y la ganadería deben ir pensando en abandonar esa forma de vida porque antes o después la asfixia a la que están sometidos no les va a dejar otra salida.
Seguiré manteniendo todo mi apoyo a los grandes profesionales de la agricultura y la ganadería que permiten que cada día podamos disfrutar de consumir grandes productos.