Un nuevo cargamento de arroz importado ha llegado este jueves al puerto de Valencia, elevando a casi 14.000 t la cantidad total desembarcada en poco más de una semana, según ha denunciado LA UNIÓ Llauradora. El nuevo barco, de bandera liberiana y procedente de Argentina, contiene 7.500 t de arroz redondo destinadas a la empresa Herba Ricemill, del grupo Ebro Foods, que comercializa marcas como La Fallera, Sos, Brillante o La Cigala y que cuenta con instalaciones en Algemesí.
LA UNIÓ advierte de que este tipo de arroz, redondo, coincide con el que se cultiva mayoritariamente en la Comunitat Valenciana, lo que representa una competencia directa para el producto local. A este nuevo cargamento se suma otro de 6.500 t que ya fue denunciado el pasado 20 de mayo, también procedente de Argentina y destinado a la misma empresa.
La organización agraria recuerda que esta firma fue objeto de protestas el año pasado debido a las masivas importaciones de arroz de países terceros y la falta de salida comercial del arroz local, en un contexto de altos costes de producción y escasa disponibilidad de productos fitosanitarios eficaces, en contraste con los permitidos en países exportadores.
Por ello, LA UNIÓ reclama a la Conselleria de Agricultura que investigue el origen del arroz importado, realice los análisis pertinentes y controle el proceso de envasado tanto en las instalaciones de esta empresa como en las de otras firmas importadoras.
Además, anuncia que iniciará una campaña para exigir que el arroz se incluya en la lista de productos alimentarios con obligación de indicar su país de origen en el etiquetado, como ya ocurre con la carne fresca, la leche o las frutas y hortalizas. Actualmente, el etiquetado del arroz es voluntario, lo que, según la organización, favorece prácticas que pueden inducir a error al consumidor.
La importación de arroz desde Argentina se produce en el marco del acuerdo con Mercosur, cuya balanza comercial es claramente desfavorable para el sector agrario español, según un estudio reciente de LA UNIÓ. En el caso del arroz, se importa más de 134.000 t mientras que solo se exportan 169 t, generando un saldo negativo de 133.850 t.
En este contexto, la organización denuncia la falta de reciprocidad en los acuerdos comerciales de la Unión Europea con países terceros, que facilita una competencia desleal. Señalan que el arroz producido fuera de la UE puede usar productos químicos prohibidos en Europa, emplear prácticas insostenibles y vulnerar derechos humanos.
LA UNIÓ también reprocha a las grandes arroceras que enmascaren el origen real del arroz en sus envases, con etiquetas que solo indican el distribuidor valenciano o con imágenes asociadas a la Comunitat Valenciana, lo que puede inducir al consumidor a pensar erróneamente que se trata de arroz local.
La organización considera que estas prácticas presionan a la baja los precios del arroz producido en la región y exige a las empresas mayor compromiso con el sector. Critican que se alardeé de valencianía en campañas de imagen mientras se apuesta por la importación para reducir costes.
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