Investigadores de la Universidad de Cornell y la Universidad de Florencia han desarrollado robots biohíbridos impulsados por micelio, una estructura subterránea de los hongos. Este avance combina materiales biológicos con componentes tecnológicos, ofreciendo soluciones innovadoras para la agricultura y el monitoreo ambiental. Estos robots, mitad máquina y mitad organismo vivo, están diseñados para detectar y responder a su entorno utilizando señales bioeléctricas producidas por hongos.
¿Cómo funcionan estos robots?
El corazón de esta tecnología son los micelios, filamentos en forma de raíz que transportan señales bioeléctricas y nutrientes en los hongos. Los investigadores eligieron el hongo ostra rey (Pleurotus eryngii) por su capacidad para generar señales eléctricas robustas y su facilidad de cultivo en laboratorio. Estas señales son transformadas en comandos digitales mediante una interfaz eléctrica, lo que permite a los robots realizar movimientos y adaptarse a estímulos externos, como luz ultravioleta o, en el futuro, señales químicas.
Dos tipos de robots fueron desarrollados: uno con patas blandas y otro con ruedas, ambos capaces de responder a señales eléctricas generadas por los hongos y ajustarse en tiempo real a su entorno. Este avance demuestra el potencial de los robots biohíbridos para interactuar dinámicamente con el ambiente.
Aplicaciones agrícolas
La agricultura es uno de los sectores donde esta tecnología podría tener un impacto más significativo. Los robots biohíbridos podrían actuar como sensores móviles en los campos, monitorizando la calidad del suelo, los niveles de nutrientes y la presencia de contaminantes. Esto permitiría a los agricultores optimizar el uso de fertilizantes y agua, reduciendo el impacto ambiental y los costos.
Por ejemplo, los robots podrían identificar áreas específicas que requieren fertilización, evitando el uso excesivo de químicos y contribuyendo a la protección de fuentes de agua cercanas, donde los fertilizantes suelen generar floraciones de algas dañinas.
Además, estos robots pueden ser una herramienta útil en entornos agrícolas desfavorables, como zonas con sequías prolongadas o suelos degradados, ya que los hongos utilizados para controlarlos pueden cultivarse en condiciones adversas.
Avances en sostenibilidad
Una de las principales ventajas de los robots biohíbridos es su sostenibilidad. Los hongos son materiales naturales, renovables y altamente sostenibles, lo que los convierte en una opción ideal para aplicaciones agrícolas a gran escala. Además, su capacidad para integrarse con hardware robótico abre la puerta a sistemas completamente biohíbridos, como pieles de robots capaces de autorepararse y reaccionar a estímulos ambientales.
Por otro lado, los robots biohíbridos podrían utilizarse en el monitoreo de ecosistemas, evaluando factores como la contaminación del aire o la calidad del agua en zonas agrícolas. Estos datos serían esenciales para diseñar estrategias de manejo más eficientes y sostenibles.
Retos y perspectivas futuras
Aunque los robots biohíbridos ofrecen un potencial significativo, su desarrollo enfrenta desafíos. Por ejemplo, es necesario perfeccionar las interfaces eléctricas que procesan las señales bioeléctricas del micelio para garantizar un control más preciso. Además, los investigadores están explorando el uso de estímulos químicos en lugar de luz, con el objetivo de mejorar la funcionalidad y minimizar cualquier efecto adverso en los hongos.
Asimismo, es fundamental evaluar las implicaciones éticas y ambientales de esta tecnología, especialmente si se implementa a gran escala. Introducir robots biohíbridos en ecosistemas agrícolas o naturales podría alterar las cadenas tróficas y afectar a especies locales.
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