Un reciente estudio realizado por investigadores del grupo de Edafología de la Universidad de Córdoba (UCO), en colaboración con la Universidad de Bangor en Reino Unido, ha revelado que la sobrefertilización con fósforo puede afectar negativamente la capacidad de los suelos agrícolas para retener carbono. Este hallazgo es especialmente relevante en el contexto actual, donde la conservación de los suelos como sumideros de carbono es clave en la lucha contra el cambio climático.
El carbono orgánico del suelo juega un papel esencial no solo en la productividad de los cultivos, sino también en el ciclo global de nutrientes y carbono. Sin embargo, la capacidad de los suelos para secuestrar carbono puede verse afectada por diversos factores, como el tipo de suelo y las prácticas de manejo agrícola. En este sentido, el estudio evaluó cómo los fertilizantes fosfatados influyen en la actividad microbiana del suelo y en la retención de carbono a corto plazo.
La investigación se centró en analizar el impacto de dos tipos de fertilizantes fosfatados: fosfato diamónico y superfosfato simple. Estos fertilizantes se aplicaron en tres tipos de suelos representativos de diferentes zonas de España: un suelo ácido de Badajoz y dos suelos calcáreos de la Campiña cordobesa y Málaga.
Durante 21 días, se monitorizó la actividad microbiana del suelo y la eficiencia en el uso del carbono, un parámetro clave para evaluar la capacidad del suelo de retener carbono. Los resultados mostraron que, en general, la fertilización con fósforo disminuyó la eficiencia con la que los microorganismos del suelo utilizan el carbono, lo que podría traducirse en una reducción del potencial de secuestro de carbono a largo plazo.
Otro hallazgo relevante del estudio es que no todos los suelos ni los tipos de fertilizantes tuvieron el mismo impacto. Por ejemplo, el fosfato diamónico aumentó el pH del suelo ácido, mientras que el superfosfato simple lo redujo en suelos con pH básico. Este cambio en el pH afecta directamente la solubilidad y disponibilidad del fósforo para las plantas, un factor crucial en cultivos como los cereales, que absorben grandes cantidades de este nutriente en sus primeras fases de desarrollo.
El estudio subraya la importancia de seguir investigando el impacto a largo plazo de los fertilizantes fosfatados en la capacidad de los suelos para secuestrar carbono, especialmente bajo condiciones de campo. Si bien es evidente que la fertilización fosfatada es necesaria para mantener la productividad agrícola, los resultados de este estudio destacan la importancia de desarrollar estrategias de fertilización sostenibles que no comprometan la salud a largo plazo de los suelos y su capacidad para mitigar el cambio climático.
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