La Comisión Europea ha publicado el tercer Informe Anual sobre la Implementación y Aplicación de la Política Comercial de la UE en el que pone en valor, el gran éxito de los acuerdos comerciales que ha negociado para la UE con terceros países. Habla de:
- que el comercio a través de estos acuerdos superó los 2.000 M€ por primera vez en 2022
- que el comercio con los 20 principales socios de acuerdos comerciales creció cerca de un 30% de media en 2022.
- que se han eliminado más de 30 barreras al comercio en 19 países, lo que ha ayudado a desbloquear 7.000 M€ de exportaciones de la UE solo en 2022.
- que la red de la UE de acuerdos comerciales es la más grande del mundo, con un total de 74 países, que representan el 44% de todo el comercio de la UE.
Incluso llega a hablar de que todos estos acuerdos son muy beneficiosos para los agricultores y ganaderos porque se abren nuevas oportunidades de exportación.
No obstante, en las 49 páginas que tiene el informe, no se dedica ni un solo párrafo a evaluar las repercusiones que estos acuerdos han tenido y tienen en el sector agrario comunitario. En este tipo de acuerdos, suele ser habitual que la agricultura y la ganadería comunitaria sea la moneda de cambio, de forma que se facilite la exportación UE de productos industriales a cambio de aceptar importaciones agrarias de terceros países. Estas importaciones entran a bajos precios porque tiene condiciones arancelarias más bajas (para eso está el acuerdo) y porque en sus países de origen las condiciones laborales, de medio ambiente, de sanidad y bienestar animal son muchos menos exigentes que en la UE y por tanto, es más barato producir. Estos productos importados baratos afectan negativamente a los precios que perciben los agricultores y ganaderos de diferentes sectores, pero el informe lo pasa por alto.
Quien siembra tormentas recoge tempestades.