Un total de 955 titulares de explotaciones profesionales de ganadería extensiva de Cantabria (de 1.017 solicitantes), que contribuyen a la conservación de la biodiversidad en zonas con presencia permanente del lobo, se beneficiarán de los pagos por servicios ambientales que otorga el Gobierno regional. Para 2022 hay un importe total de 1.035.705 € incluidos dentro de su Plan de Gestión del Lobo.
Los pagos son de concesión directa y la cuantía del pago es una prima anual por cabeza de ganado en régimen de ganadería extensiva en alguno de los municipios incluidos en la Zona 1 que incluye la zonificación del Plan de Gestión del Lobo en Cantabria en vigor desde 2019 (Decreto 70/2021, de 19 de agosto).
Cantabria es la única CA en toda España que tiene aprobado un mecanismo de compensación a los profesionales de la ganadería extensiva que conviven con el lobo, de este alcance y con estos objetivos, y que se seguirá aplicando en los años siguientes.
De esta manera, se abonarán 20 euros por cabeza de ganado ovino o caprino, 15 euros por cabeza de equino y 10 euros por cabeza de ganado bovino, y los ganaderos que se han acogido a este pago deben contar con explotaciones activas en alguno de los 36 municipios de la zona 1 del Plan de Gestión, que suman el 56,84% de la superficie regional: Anievas, Arenas de Iguña, Bárcena de Pie de Concha, Cabezón de Liébana, Cabuérniga, Camaleño, Campoo de Enmedio, Campoo de Yuso, Cieza, Cillorigo de Liébana, Hermandad de Campoo de Suso, Lamasón, Luena, Molledo, Peñarrubia, Pesaguero, Pesquera, Polaciones, Potes, Reinosa, Rionansa, Las Rozas de Valdearroyo, Ruente, San Miguel de Aguayo, San Pedro del Romeral, San Roque de Riomiera, Santiurde de Reinosa, Soba, Los Tojos, Tresviso, Tudanca, Valdeolea, Valdeprado del Río, Valderredible, Vega de Liébana y Vega de Pas.
La Consejería recuerda que la zonificación del Plan de Gestión se realizó aplicando criterios de área distribución del lobo y grupos con cría confirmada; disponibilidad de presas silvestres; grado de humanización del territorio; presencia de ganadería extensiva y daños producidos, y la propia coherencia territorial de las unidades de gestión, determinándose que las zonas con mayor probabilidad de daños son las que tienen una densidad más alta de lobo, menor densidad de presas silvestres y mayor cantidad de ganado extensivo, especialmente menor y equino.
La zonificación ha de servir, como indica el Plan de Gestión, para alcanzar los objetivos del Plan y ser la referencia para el apoyo a las medidas preventivas y del pago por servicios ambientales, y será objeto de actualización periódica para adecuarla a la evolución del área de distribución de la especie.
Estos pagos son independientes de las indemnizaciones por daños, que se abonan en toda la región y a todos los afectados, sean o no ganaderos profesionales, y de las ayudas para la adopción de medidas preventivas, a las que pueden concurrir todos los titulares de explotaciones y para cuya concesión en régimen de concurrencia competitiva se aplican criterios de incidencia de daños, entre otros.
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