La crisis de Covid-19 va a generar daños cuantiosos para los productores de patata de Castilla y León de patata agria, que fue sacada tardía y almacenada, y cuyo destino fundamentalmente era el canal Horeca, ahora completamente cerrado. Hostelería y restauración se decantan por esta patata de mayor calidad que la patata lavada que viene de Francia.
UCCL insta a que los envasadores de Castilla y León hagan un esfuerzo y se comprometan a asumir la patata que queda sin vender en la comunidad antes de introducir y comprar la patata francesa, que viene siempre en esta época del año, al objeto de lograr dar salida a la producción de los patateros castellanoleoneses.

Esta organización quiere recordar que la industria agroalimentaria se llevan sustanciosas ayudas del gobierno regional y que ahora es el momento que muestren su compromiso con los agricultores de Castilla y León.
Igualmente UCCL pide la apertura de los mercados locales al aire libre y hace un llamamiento al consumidor para que se decante por la patata agria, que tiene un color más oscuro, y por tanto, no es tan atractiva pero que es de una calidad extrema. En cambio, la patata francesa es más blanca y al estar lavada, tiene aparentemente una mejor presencia, pero en realidad esa patata se estropea antes y tiene unas peores actitudes culinarias, apunta UCCL.
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