El Departamento de Agricultura de Cataluña (DARP) ha iniciado estos días un tratamiento aéreo sobre 20.000 hectáreas de bosque para combatir la procesionaria del pino. El Departamento ha hecho un esfuerzo para mantener las mismas superficies tratadas durante la campaña del año pasado y destinará una inversión de 936.750,00 €. Se actuará en 49 municipios de 10 comarcas que son las zonas más afectadas de Cataluña con el objetivo de rebajar las poblaciones de esta plaga. Según un estudio efectuado en base a los resultados de la campaña de 2016, la efectividad de los tratamientos se situó en un 95,5% y, por tanto, el Departamento de Agricultura continúa apostando por este tipo de control que es hoy por hoy el más efectivo.
Cataluña realiza el tratamiento para controlar la procesionaria
La procesionaria del pino ( Thaumetopoea pityocampa ) es un lepidóptero defoliador que, además de ocasionar daños de consideración en extensiones importantes de bosques de pinos, origina urticaria y trastornos alérgicos a las personas ya los animales.
Las condiciones meteorológicas de los últimos años en Cataluña, con inviernos y otoños muy templados, han hecho que la mortandad de las orugas haya sido muy inferior a las habituales con el resultado de un importante incremento de esta plaga.
El producto que se utiliza es biológico ( Bacillus thuringiensis kurstaki) y compatible con la agricultura ecológica y no está clasificado como tóxico, irritante ni como peligroso para el medio ambiente ni para los organismos acuáticos. Además, hay que tener presente las limitaciones de la normativa relativa a los tratamientos aéreos que prohíbe los tratamientos a menos de 100 metros de zonas habitadas.
El tratamiento aéreo, el más efectivo
El invierno pasado los daños que produjo la procesionaria fueron muy considerables en diferentes lugares de Cataluña. De acuerdo con las prospecciones efectuadas por los agentes rurales, de las 725.000 ha de diferentes especies de pinos que hay en Cataluña, unas 150.000 estaban afectadas en diferentes grados y más de 21.200 en el grado más elevado.
La campaña de tratamientos aéreos de control comenzó hace unos días y está previsto que termine a finales de octubre. En función de las características de la zona, los tratamientos se hacen con helicóptero (8.000 ha) o en avión (12.000 ha). El tratamiento más efectivo para combatir la procesionaria en el ámbito forestal es el aéreo que se realiza en otoño, en los primeros estadios de desarrollo de las orugas. Durante la campaña de 2016 la efectividad de los tratamientos se situó en un 95,5%.
Como complemento a las acciones aéreas con productos biológicos iniciadas este otoño, durante el verano se han implementado unas pruebas piloto para intentar prevenir y controlar los daños que producen los incrementos de la población de procesionaria. Concretamente, se instalaron más de 300 cajas, principalmente en el Berguedà y el Solsonès, para murciélagos y para pájaros insectívoros, con el objetivo de incrementar la abundancia de determinadas especies que puedan actuar como depredadores y de minimizar los efectos de esta plaga.
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