Brasil es el principal productor de azúcar del mundo, generando 31 millones de tn de azúcar en bruto en la campaña 2008/09. Controla el 60% del mercado mundial del azúcar, llegando este porcentaje al 90% en determinados momentos del año.

En la última década la producción de azúcar se ha doblado y las exportaciones se han incrementado en un 200%, según un informe de la Confederación Internacional de Productores de Remolacha.

Su política azucarera está basada en dos elementos: la producción de alcohol y su mercado exportador.

En 1975, el gobierno brasileño lanzó el Programa Nacional del Alcohol (Proálcool), con el fin de expandir la producción de caña de azúcar e introducir las destilerías de etanol. Actualmente, Brasil es el segundo productor mundial de etanol, tras EEUU y el mayor exportador.

Además, la administración brasileña ha puesto en marcha otras medidas para apoyar al sector. Una de ellas es un programa de almacenamiento de etanol, financiado por el gobierno, de hasta 5.000 millones de litros, destinado a reducir el impacto de la volatilidad del precio. También cuentan con una Agencia brasileña de Promoción, Inversión y Exportación que apoya al sector azucarero.

Asimismo, desde los 90 se aplica en Brasil un programa de inversión agraria con créditos a bajo interés, subvencionados por la administración, lo que unido a las devaluaciones de su moneda han sido factores de apoyo indirecto, que ha favorecido la expansión de las exportaciones.

El sector azucarero cuenta con una interprofesión. El precio se determina mediante una fórmula en la que se tienen en cuenta los precios de referencia del azúcar y del etanol, tanto en el mercado doméstico como en el mercado internacional. A pesar de estas fórmulas, e precio ha sufrido una gran volatilidad en los últimos 10 años, pasando de 12 $/tn en 2001/02 a 27 $/tn en 2009/10. En algunos casos, la remuneración recibida por los productores no ha cubierto sus costes, según los propios agricultores.