El sector del azúcar de remolacha en la UE ha entrado en un período de turbulencia, por lo que la Confederación europea de cultivadores de remolacha (CIBE) ha pedido a la Comisión Europea que esté especialmente vigilante a como evoluciona la situación en el sector para tomar medidas, en el caso de que fuera necesario, para mitigar las consecuencias de un mercado desequilibrado y realizar una futura reestructuración . Esta es una de la conclusiones a las que la CIBE ha llegado en su 44º Congreso celebrado la pasada semana en Berlín.

La CIBE recuerda que loos precios medios del azúcar en la UE se han reducido en un 44% desde enero de 2013 a enero de 2015, mientras que los precios mundiales han llegado a su valor más bajo en 6 años. Además, mientras que en terceros países están apoyando al sector del azúcar y del bioetanol, en la UE, el sector se encuentra desprotegido, en 2017 desaparecerá el régimen de cuotas de azúcar y además, la Comisión Europea no tiene ambición en desarrollar el bioetanol.

Los remolacheros europeos defienden que el precio de la remolacha no solo debería cubrir los costes de producción sino también asegurar una remuneración a largo plazo para el cultivado, de forma que haya un reparto equitativo del valor añadido entre los agricultores y la industria.

La CIBE apoya los contratos interprofesionales como la manera de asegurar una oferta estable en el mercado comunitario, pero también defienden que se establezcan herramientas que aumenten la transparencia del mercado. Proponen un sistema de información de precios que deberían ser comunicados por las empresas y también un sistema de hojas de balance estadístico sobre azúcar, isoglucosa y bioetanol proporcionadas, asimismo, por las industrias.