Desde la Unión de Campesinos – COAG considera conveniente que la Administración Regional realice un estudio pormenorizado de las pérdidas que ha sufrido Castilla y León por las altas temperaturas, para que se elaboren con urgencia medidas correctoras de carácter fiscal (I.B.I., I.R.P.F., Seguridad Social); y se contemple la puesta en marcha de créditos bonificados e incluso, llegado el caso, ayudas directas para aquellas explotaciones que tienen amenazada su viabilidad después de las devastadores consecuencias de soportar la ola de calor más agresiva de las últimas décadas
Los daños provocados por las altas temperaturas acentúan aun más la situación que están atravesando las explotaciones agrícolas y ganaderas de nuestra Comunidad. A las continuas subidas de precios de la maquinaria, productos fitosanitarios, medicamentos para el ganado, abonos, gasóleo, etc se une las fuertes reestructuraciones de las industrias agrícolas, congelación de los precios en las últimas décadas, o lo es peor aun, la inestabilidad y el hundimiento del precio de varios productos agrícolas y ganaderos.
En cuanto a las actividades agrícolas y ganaderas más representativas de Castilla y León, la Unión de Campesinos – COAG estima que las perdidas por la ola de calor serán las siguientes:
Remolacha: El ciclo vegetativo se ha paralizado, no aumenta de tamaño la raíz y se ha detenido la fijación de azúcar. Están apareciendo focos de pulgón, Lixus, Tiña y Rizoctonia. Las pérdidas pueden llegar al 20%. El incremento del coste por el aumento del riego y para determinados productores afectados por el posible cierre de fábricas, puede aumentar considerablemente este porcentaje.
Patata: Las malas condiciones meteorológicas en la siembra unido a las altas temperaturas han provocado el aumento de la podredumbre, irregular tuberización, parada del ciclo vegetativo y el engorde. En las zonas tempranas que han comenzado la saca, se está comprobando una bajada de la producción del 20% unido a los problemas almacenar brevemente por las altas temperaturas. Estas incidencias se trasladarán a la patata tardía. Las malas condiciones meteorológicas han afectado igualmente a otras zonas productoras de España y la UE, por lo que no hay elevadas existencias de patatas, aun así, el precio pagado al productor ronda los 0,08-0,12 €/Kg cuando el consumidor está pagando por el mismo producto 5 veces más.
Viñedo: La ola de calor ha provocado que la planta haya ralentizado su actividad vegetativa, dando lugar a bayas de reducido tamaño y desigual maduración. Las pérdidas pueden rondar el 20%, dependiendo de zona vitícola, pero afectando en mayor medida a las zonas de uva tinta por tener que alcanzar una madurez fenólica determinada. Tradicionalmente, la especulación con el precio de la uva días antes de comenzar la vendimia, provoca que muchas partidas de uva se tengan que vender rondando el coste de producción cuando la calidad suele ser optima para realizar vinos de calidad.
Vacuno de leche: La producción se ha recortado en un 15% y los animales están teniendo problemas de desnutrición por ingerir menos alimento del necesario como consecuencia del calor. Este debilitamiento de los animales aumenta el riesgo de contraer enfermedades y de aumentar la mortandad. La presión de las grandes industrias lácteas sobre el precio de la leche es considerable, lo que implica que una reducción del 15% la producción pueda afectar seriamente la economía de muchas explotaciones.
Ovino – Caprino : La parada en el crecimiento y producción de los animales debido al calor y al no poder aprovechar los pastos y rastrojeras convenientemente por el excesivo resecamiento, unido al aumento de la mortandad de los lechazos y el establecimiento de un seguro de recogida de cadáveres que multiplica por 4 los costes actuales, podrán provocar problemas económicos en muchas ganaderías extensivas de nuestra región.
Porcino: Las muertes directas debidas a las altas temperaturas y la pérdida de aumento de peso por la menor ingestión de alimento, provoca que los animales pasen más tiempo en la explotación o el envío a sacrificio tenga un rendimiento menor.
Avicultura y cunicultura: La mortalidad puede cifrarse en un 20% cuando lo normal suele ser un 5% aproximadamente. La ganancia de peso también se ha reducido considerablemente. Un avicultor integrado percibirá entre un 25-30% menos por su producción ya que estas pérdidas no se ven compensadas con el precio de las lonjas en las últimas semanas.
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