Una inspección comunitaria ha puesto de manifiesto ciertas deficiencias en el Reino Unido en relación a los controles que se tienen que realizar en la alimentación animal. La misión de la Oficina Veterinaria y Alimentaria de la Comisión (FVO) se llevó a cabo entre el 7 y el 11 de julio pasado. Sus principales objetivos eran evaluar la implementación de la normativa comunitaria en relación con la prohibición total de las harinas animales, las inspecciones oficiales y el registro de establecimientos.
El resultado de la inspección puso de manifiesto que los controles en la alimentación animal no se aplican de forma uniforme por todas las autoridades competentes, así como tampoco las acciones correctivas, detectándose una falta de adecuada coordinación. Además, se han constatado deficiencias tales como la falta de análisis de antibióticos prohibidos, aditivos no declarados y contaminación cruzada
Asimismo, se aceptan tolerancia de aditivos zootécnicos y de medicamentos en la alimentación que no están establecido de acuerdo con la normativa comunitaria, lo que puede conducir a la presencia de residuos en animales. Por otro lado, hay controles establecidos para los alimentos importados, pero no son respetados ni supervisados.
En relación con la prohibición de las harinas se considera que se ha avanzado en relación con la inspección anterior pero todavía se detectan deficiencias, tales como la ausencia de controles oficiales en los procesos de limpieza de los medios de transporte de las proteínas animales y adecuada actuación en el caso de muestras positivas.
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