La Comisión Europea ha acordado que las importaciones de carne de pollo de Brasil sean sometidas, nuevamente a los test de rutinas y que por tanto, se eliminen los requerimientos extra que hasta ahora se venían exigiendo. Dichos requerimientos establecían que el 20% de la carne importada fuera analizada de nitrofuranos.

A partir de octubre de 2002, se estableció que todos los lotes de carne de pollo y productos derivados de la carne de pollo procedentes de Brasil tenían que ser analizados para detectar la posible presencia de residuos de nitrofuranos, debido a que la dicha sustancia había sido constatada en productos importados desde ese país. Posteriormente en marzo de 2004, la exigencia del 100% se redujo al 20% debido a las garantías proporcionadas por las autoridades brasileñas, los resultados de los análisis llevados a cabo por los Estados miembro y los resultados de la misión de la Oficina Veterinaria y Alimentaria de la UE (FVO).