Toledo, 30 de marzo de 2005. COAG-Iniciativa Rural de Castilla-La Mancha se ha reunido con el Departamento de Sanidad Animal de la Consejería de Agricultura para conocer los planes de la Administración respecto a la crisis de lengua azul que podría volver a desatarse en los próximos meses en el caso de que surgieran nuevos brotes una vez que el mosquito transmisor inicie su actividad con el aumento de las temperaturas.
En la reunión participaron varias ADS de ovino-caprino de comarcas ganaderas de las provincias de Ciudad Real y Toledo, algunas de ellas de la importancia de Consuegra, Alcázar de San Juan o Herencia; quienes transmitieron la necesidad de una comunicación mucho más fluida entre los ganaderos y el Departamento de Sanidad Animal.
Con relación a la lengua azul, los ganaderos han mostrado su preocupación ante el hecho de que volvieran a aparecer brotes en Andalucía o Extremadura y que ello conllevara nuevamente la limitación al movimiento de animales que ya hemos vivido en el otoño e invierno pasados. Sanidad Animal informó de las medidas de vigilancia que se están llevando a cabo como el seguimiento de la población de mosquitos transmisores portadores del virus, el control sobre la red de explotaciones “centinelas” elegidas para la detección de un posible avance de la enfermedad y la vacunación antes del 15 de abril (fecha en la que aún no habrán iniciado su actividad los mosquitos transmisores) de las ganaderías trashumantes, acompañado del análisis de las ganaderías próximas a aquellas que se vacunen.
Los ganaderos han solicitado a la administración regional que se transmitiera al Ministerio de Agricultura la necesidad de ser más flexible con el cordero manchego si se establecieran las normas OIE (Organización Mundial para la Sanidad Animal), según las cuales habría que de guardarse un mes de espera antes de permitir salir al ganado de las zonas restringidas a las zonas libres. Durante este período de cautela los animales tendrían que permanecer en instalaciones adecuadas protegidos del mosquito, mientras se comprueba mediante 2 analisis ELISA que no padecen lengua azul; lo que representaria un extraordinario perjuicio económico para los ganaderos de cordero manechego cuyo ciclo productivo es muy corto para un guardar un plazo de cuatela tan prolongado.
Por último, los ganaderos han requerido de la Administración que el aumento de los costes que representan las operaciones que hubieran de llevarse a cabo con motivo de la restricción del movimiento de los animales (análisis, desinsectación de ganaderías y medios de transporte, precintado de camiones, certificaciones, etc…) no repercutan sobre los ganaderos, que son víctimas y no causantes de esta crisis.
Campaña contra la Brucelosis.
La falta de comunicación por parte de la Administración de la que se quejan los ganaderos ha sido especialmente patente en el inicio de la campaña de lucha contra la brucelosis este año, en la que será necesario analizar el 100 % de la cabaña de ovino en Toledo y Ciudad Real por imperativo de las autoridades comunitarias con el objeto de volver a reconducir la evolución de la enfermedad hacia la tendencia decreciente que había seguido en períodos anteriores y en la que se había notado un parón, o incluso un ligero aumento del porcentaje de explotaciones con positivos a brucelosis hasta situarse en torno al 8 %.
En función de los resultados de análisis total al que se va a proceder y si los resultados son favorables algunas comarcas ganaderas podría alcanzar la calificación M4 (sin necesidad de vacunar contra brucelosis) pero es bastante probable que no sea así y que en la mayor parte de las comarcas y explotaciones deba mantener una calificación M3 que les obligaría a vacunar a las reposiciones. Los ganaderos han solicitado de la Administración disponer de la máxima información acerca de cómo se desarrolla este procedimiento y un aumento de las ayudas con las que cuentan actualmente las ADS para la realización de los análisis ya que el extraer muestras de todos los animales representa aumentar tres o cuatro veces el trabajo que hasta ahora se venía haciendo. Por otro lado, COAG-IR recomienda a los ganaderos y veterinarios que sean especialmente cuidadosos con la administración de las vacunas, que deben hacerse cuando el animal tiene entre 3 y 6 meses, tanto para aumentar la eficacia de la vacuno como para acortar el tiempo de presencia de la brucela vacunada y evitar que ésta se confunda con una infección real.
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