La medida tomada por el gobierno argentino el viernes pasado de prohibir las exportaciones de carne de vacuno, tuvo el efecto esperado de que bajara el precio de la carne, pero después ha vuelto subir. Inicialmente, según las cotizaciones de Mercado de Liniers, el precio bajó en un 15% pero dos días más tarde subió en un 6%.
Esta medida ha provocado la oposición de ganaderos, mataderos y exportadores, por las pérdidas que suponen para el sector. Ahora habrá que ver como estas reducciones de precio al ganadero se traducen a los precios al consumo.
En los últimos meses, la demanda internacional de carne de vacuno procedente de Argentina había crecido mucho. Las exportaciones de Brasil, principal exportador de carne de vacuno se había limitado por los recientes focos de fiebre aftosa. A esto había que sumar que la demanda internacional de carnes rojas se había incrementado como consecuencia de la influenza aviar.
La administración argentina tomó la decisión drástica el pasado viernes de suspender las exportaciones de vacuno durante 6 meses, con el fin de contener la inflación. La idea es que bajen los precios de la carne al consumidor argentino, al aumentar la oferta de carne de vacuno en el mercado interior.
Rusia, que es junto con China uno de los principales importadores de vacuno procedente de Argentina, ya ha valorado que dicha medida afectará muy negativamente a su mercado. Estima que los precios interiores de la carne y sus transformados podrían llegar a subir en un 25%.
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