Cuenca, Jueves 30 de marzo de 2006.- La organización agrícola Asaja de Cuenca celebró hoy las Jornadas sobre bioetanol y cultivos energéticos en las que se informó a los agricultores sobre sus ventajas y sobre las acciones que deben emprenderse con la nueva PAC (Política Agraria Común) para solicitar ayudas en relación a este tipo de cultivos.
Por tercer año consecutivo, los agricultores de Cuenca destacan por ser el sector agrícola español más especializado en este ámbito, con 1.500.000 de hectáreas cultivadas. Según destacó Gerardo González Bello, Vicepresidente de Asaja de Cuenca, lo que se pretende desde la organización es informar a los agricultores con el fin de que adquieran sus derechos y soliciten un mayor número de ayudas. Hasta el momento y desde el período 2004/ 2005 se han venido percibiendo desde la Unión Europea ayudas de 45 euros por hectárea de terreno cultivado. “Esperamos que al final de este año aumenten y el agricultor perciba alrededor de 100 euros por hectárea”, señala Bello.
El vicepresidente de Asaja Cuenca añade a este respecto, que las noticias recibidas desde la Unión Europea son hasta ahora satisfactorias y se espera aumentar el terreno cultivado hasta 2.200.00 hectáreas, aproximadamente. Afirma Bello que Cuenca se convertiría así, en una de las zonas de mayor contratación de toda Europa, abriendo de esta manera “una ventana al futuro”.
Jornadas
El ponente, Ignacio Cañaveral, jefe de compras de Ecoagrícola, significó el cambio que se estaba produciendo en la agricultura a través de las PAC con las energías renovables, permitiendo al agricultor su participación en el sector industrial a través de la producción de combustibles que ayudan al equilibrio ecológico.
El Bioetanol contribuye a la mejora del Medio Ambiente ya que las gasolinas reformuladas con fuentes vegetales, disminuyen las emisiones de dióxido de carbono (CO2) (hasta un 75 por ciento según estudios realizados para la ADEME y Ministerio de Industria francés)
Los hidrocarburos no quemados pueden ser reducidos en un 5-10 por ciento, disminuyen considerablemente las emisiones de azufre y son eliminadas en su totalidad las emisiones de plomo. Por último, el combustible biológico no contribuye a agravar el efecto invernadero, ya que las cantidades de dióxido de carbono (CO2) emitidas son las que previamente el cereal toma de la atmósfera.
La posibilidad de acceder a las ayudas de la UE, permite que zonas que se ven desfavorecidas, se conviertan en áreas agrícolas rentables, con lo que conlleva para la creación de empleo en el sector. “Lo que pretendemos es hacer un llamamiento desde la industria al agricultor”, señala Cañaveral.
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