Una reducción del consumo de grasas en la dieta podría reducir el riego de un rebrote de cáncer de mama en mujeres que han sido tratadas de un cáncer de mama en fase temprana, según un estudio estadístico aleatorio realizado en California, en el que se ha hecho un seguimiento a 2.437 mujeres durante ocho años.
Una parte de las mujeres (40%) fue asignada a un grupo de control de la dieta en el que se redujo gradualmente la ingesta de grasa a un 15% del total de calorías, mientras que el resto siguió su dieta habitual. La incidencia de reaparición del cáncer de mama fue de un 9,8% en el grupo de dieta con menos grasa y de un 12,4% en el grupo de control.
Los resultados sugieren que las mujeres con el tipo de cáncer hormona-receptor negativo son las que obtienen un mayor beneficio protector de la dieta baja en grasas. El estudio no es concluyente sobre si el efecto positivo se debe a la misma reducción de grasa o a la pérdida de peso asociada a la misma.