La enfermedad de Glässer es una de las mayores amenazas de la industria del porcino de Australia, por lo que el Departamento de Agricultura de Queensland está llevando a cabo nuevos ensayos para combatirla. Han dado un paso adelante sobre el sistema utilizado en EEUU de exposición controlada, en el que se usa una vacuna viva con todas las cepas de la enfermedad encontradas en una explotación.

Los australianos han mejorado el método, según publica Queensland Country Life. Han desarrollando una vacuna viva adaptada a cada explotación. Este nuevo método está siendo ensayado en dos de las mayores explotaciones de producción de lechones existentes. También han elaborado un protocolo que permite identificar facilmente las cepas presentes en la explotación. Este servicio se ha ofrecido al sector. Uno de los mayores productores de Australia lo ha aceptado y ya se ha establecido el perfil de la cepa en dos de sus granjas.
Los expertos están también trabajando en una segunda alternativa, basada en una cepa modificada que ya no puede causar enfermedad.