El pasado 19 de diciembre, la administración británica levantó las restricciones existentes por la influenza aviar. El 13 de noviembre pasado se confirmó la presencia del virus H5N1 en una explotación de pavos situada en el Condado de Suffolk en las proximidades del límite con el de Norfolk, en una zona de elevada densidad de granjas aviares.

Se trataba de una explotación mixta, que albergaba 5.000 pavos de engorde criados al aire libre, en los que se observó mortalidad (12 a 15 semanas), además de 1180 patos y 400 ánsares, en los que no se apreció signo clínico alguno. Se investigaron los posibles vínculos de riesgo de dicha granja, confirmándose días después un foco secundario, ubicado en la zona restringida del foco primario.

Según información del Reino Unido, la cepa detectada es genéticamente diferente de la cepa hallada en el mismo país a principios de año, lo que indicaría una nueva entrada del virus. Muestra sin embargo similitudes con las aisladas en la República Checa, Alemania y Oriente Medio.