Científicos de la Universidad de Ohio han identificado y clonado un gen que controla la forma de de los tomates, denominado SUN, que podría ser clave en la gran diferencia entre los diferentes tipos de tomate existentes, así como de otros frutos.
El tomate silvestre tiene un fruto muy pequeño y redondo. Sin embargo el tomate domesticado es uno de los frutos más diversos, presentado todo tipo de tamaños y formas, según variedades. Hasta ahora se sabía muy poco de las bases genéticas de esta variación.
Analizando genéticamente una colección de tomates de formas diferentes se ha ido determinando la región responsable de las diferencias, obteniéndose su secuencia genética. Si el gen SUN está activo el tomate es alargado y si no lo está es redondeado. Además cuanta más actividad presenta este gen, más alargado es el tomate.
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