6 de junio de 2008. La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Castilla y León insta al Gobierno a actuar en el alto precio de los fertilizantes y carburantes, que están situando a muchas explotaciones agrarias en una difícil situación económica.

El colectivo agrario está doblemente afectado por la crisis del petróleo, dado que no sólo asume altos precios del gasóleo agrícola (que ha superado el euro/litro) sino que también paga altos precios de los fertilizantes superando incluso el 100 % respecto a la campaña anterior (ver cuadro).

Esa situación está poniendo en jaque a muchas explotaciones agrarias, que están asistiendo a un inasumible incremento de costes de producción mientras que los productos agrarios en origen continúan con los mismos niveles de precio.

UPA ha solicitado al Gobierno que convoque la mesa de carburantes creada a raíz del acuerdo del año 2005, y que se analicen los efectos que estas subidas del petróleo están generando en el campo, para poner las medidas oportunas y paliar los efectos negativos creados.

El presidente del Gobierno ha manifestado a los medios de comunicación que había que atender a los sectores económicos más afectados por la subida del petróleo, y UPA le reclama que el sector agrario está incluido entre los más sensibles a socorrer.

El momento que se está viviendo en el campo es paradójico, dado que se está reclamando un aumento considerable de la producción agraria para alimentar a una parte de la población hambrienta (discurso del presidente de la ONU en la reunión de la FAO), y esa mayor producción será inviable debido a los altos precios de los fertilizantes y del gasóleo.
UPA lamenta que cuando los agricultores y ganaderos están recuperando la importancia que tienen por ser productores de alimentos, sin embargo ven cercenada la posibilidad de producir más, al no poder afrontar los costes de esa producción.

Los agricultores y ganaderos no pedimos ayudas porque sí, ni tratos de favor respecto a otros colectivos, pero la realidad es tozuda y rotunda: si no se consigue reducir los costes de producción derivado del encarecimiento del petróleo, serán muchos miles de hectáreas las que se quedarán sin cultivar por dejar de ser rentables.