El Ministro italiano de agricultura ha presentado un primer borrador de un plan oleícola nacional para hacer frente a la crisis. Los principales objetivos son el apoyo a la competitividad del sector, la integración de las distintas etapas de la cadena y la actualización de las campañas de promoción y comunicación. Este documento constituye “un punto de partida, porque permite reflexionar sobre una serie de elementos que caracterizan el sector y por lo tanto, permite identificar una serie de acciones útiles para hacer frente a las exigencias reales de los oleicultores y la oleicultura italiana”. La disminución de los costes de producción, el control de los fraudes y las falsificaciones, son necesarios para alcanzar los objetivos que se propone el plan.
Un capítulo importante es el de la promoción, que nace de la exigencia improrrogable de dar a conocer a los consumidores las características efectivas de los aceites vírgenes extra y vírgenes de origen italiano. Este instrumento, además de estar insertado en el contexto del plan, con los correspondientes capítulos de gasto, debe iniciarse enseguida (hay 2,6 millones de euros disponibles) y para un período de cuatro años, de modo que no haya interrupciones en los próximos años.
Considerando los pocos recursos previstos, “es necesario destinarlos a segmentos de producto bien precisos (virgen extra de oliva DOP/IGP/biológico y virgen extra de origen italiano), con acciones concretas basadas en una relación directa productor-consumidor y no a través de una campaña genérica”. “La aprobación definitiva de la indicación de origen obligatoria en la etiqueta del aceite virgen extra de oliva, en vigor desde el 1° de julio de 2009 en toda la UE, representa un hecho de gran importancia para la elección de los segmentos que deben ser objeto del programa y por ende para la adecuada defensa de los productores y las producciones italianas”.
El capítulo que se ocupa de la financiación parece poco consistente, porque aún no están claros los recursos adicionales (como pueden ser los PDR, Contratos de sector etc..); su utilización resultará particularmente difícil si no hay una estrecha coordinación entre el MIPAAF y las Regiones. La próxima reapertura de los PDR debe ser la ocasión para poner en pie una concreta y decidida coordinación entre la Administración Central y las Regiones para prever acciones que recaigan en el ámbito de los objetivos del plan. Vista la escasa cuantía de los recursos financieros respecto a las exigencias del sector (de la fase productiva a la del mercado), otro elemento que dará concreción al plan es la capacidad de crear una lista de prioridades para la consecución de las acciones previstas, según publica el Boletín Exterior del MARM.
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