El Panel de Contaminantes en la Cadena Alimentaria (CONTAM) de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha evaluado los riesgos derivados de la presencia del cadmio (Cd) en alimentos y ha publicado una opinión el pasado 20 de marzo de 2009.
Para esta evaluación la EFSA ha tenido en cuenta en esta opinión 140.000 datos sobre niveles de cadmio en varios alimentos, analizados entre 2003 y 2007, procedentes de 20 países. España, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, ha contribuido con 3552 datos procedentes de todo el territorio nacional que han sido suministrados por las Autoridades competentes de las Comunidades Autónomas y de la Administración Central.
La AESAN ya elaboró un informe en julio de 2008 con los datos recopilados por España y fue publicado en esta web.
En esta opinión de la EFSA se ha realizado una completa evaluación toxicológica del cadmio y el Panel de Contaminantes de la EFSA ha llegado a la conclusión que la ingesta semanal tolerable (IST) de este contaminante es de 2,5 µg/Kg de peso corporal (pc).día, reduciendo unas 2,8 veces la ingesta que se utilizaba anteriormente como referencia (7 µg/Kgpc.día, con carácter temporal) y que fue establecida por el Comité de Expertos Conjunto FAO/OMS sobre Aditivos Alimentarios (JECFA, en sus siglas en inglés) en el año 1988 y confirmada por el propio JECFA en 2003. Esta ingesta semanal tolerable temporal había sido adoptada a nivel europeo como referencia toxicológica por el Comité Científico de Alimentación Humana en 1995.
Para establecer la nueva IST, y teniendo en cuenta que los niveles de cadmio en orina se utilizan para medir la carga corporal y la cantidad de cadmio acumulada en los riñones, se ha realizado un meta-análisis sobre una serie de estudios, para evaluar la relación dosis-respuesta entre el cadmio y la beta-2 microglobulina[1] utilizada como biomarcador. De ese modo se fijó una dosis de referencia. Una vez fijada esta dosis de referencia se trasformó en la ingesta de cadmio, llegando a la conclusión que para mantener la dosis por debajo de 1 µg de cadmio/g de creatinina en orina en el 95% de la población de hasta 50 años, la exposición diaria no debería superar los 0,36 µg Cd/kg pc y la exposición semanal debería ser menor a 2,52 µg Cd/Kg de peso corporal. Por ello, se fijó la nueva IST en 2,5 µg/kg pc.
La conclusión de EFSA es que la exposición de cadmio en Europa está cerca de la IST e incluso puede rebasarla ligeramente (entre 1,9 y 3,0 µg/kg p.c. por semana y hasta 2,5-3,9 µg/kg pc. para consumidores extremos). A esta misma conclusión llegó la AESAN el pasado verano, haciendo una estimación de ingesta semanal de 2,03 µg/kgpc. para los consumidores españoles.
Al igual que concluyó la AESAN, la EFSA indica que entre los grupos de alimentos que contribuyen en mayor medida a la ingesta del cadmio están los cereales y productos a base de cereales. La EFSA también cita como fuente de exposición los frutos secos, los tubérculos y la carne y productos cárnicos. Asimismo coincide que tanto en España como en el conjunto de la UE, se han encontrado los mayores niveles de cadmio en despojos, mariscos y pescados, además del chocolate, complementos alimenticios, setas y semillas oleaginosas citadas por la EFSA.
Algunos subgrupos poblacionales como los vegetarianos, los niños, fumadores o personas que vivan en zonas contaminadas, podrían doblar la IST. Aunque es improbable que se produzcan efectos adversos en riñón a nivel individual, la EFSA ha concluido que la exposición de la población al cadmio se debería reducir.
Asimismo, recomienda:
Tener información más detallada sobre el consumo, de modo que permita calcular el impacto en cada uno de los grupos poblacionales
Elaborar estudios de dieta total o tener datos sobre las partidas de alimentos.
Disponer de más datos para poder evaluar los efectos del cadmio en la reproducción y el desarrollo, así como su posible efecto en la incidencia en el cáncer y mortalidad.
Averiguar la vulnerabilidad de los diabéticos y enfermos renales en relación con los efectos del cadmio en la función renal
En este momento, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición está estudiando las consecuencias de esta nueva evaluación del riesgo y su repercusión en el consumidor español, particularmente los niños, con el objeto de preparar las propuestas que se van a debatir en la Comisión Europea en el marco del Reglamento 1881/2006, de 19 de Diciembre de 2006, de la Comisión, por el que se fija el contenido máximo de determinados contaminantes en los productos alimenticios.
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