AVA-ASAJA destaca la diligencia mostrada por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural (MARM) a la hora de autorizar excepcionalmente el uso de dos fungicidas claves para luchar preventivamente contra la Mycosphaerella navae. Tras irrumpir virulentamente en 2008, el hongo ha arruinado las dos últimas temporadas del caqui, que ha venido sufriendo caídas masivas de frutos por esta causa. En la última campaña, la 2009/2010, más de 40.000 toneladas de caquis se echaron a perder a consecuencia de este nuevo patógeno. “Se ha tardado más de dos años en reaccionar frente a esta enfermedad, en realizar las investigaciones y proponer tratamientos y las pérdidas han sido multimillonarias pero lo cierto es que, en cuanto se han detectado los fitosanitarios válidos para frenar su expansión, la Administración se ha puesto las pilas”, reconoce el presidente de esta organización agraria, Cristóbal Aguado.
La resolución emitida por el departamento de Elena Espinosa permitirá el uso de dos de las tres sustancias activas que hace meses recomendó el centro de referencia de este cultivo, el Instituto Agroforestal del Mediterráneo y que la Conselleria de Agricultura reclamó que se autorizasen. Se trata del Piraclostrobin y el Mancoceb, los dos productos que más eficaces se han mostrado en la prevención de este hongo. Así las cosas, los productores podrán realizar tratamientos con estos dos fitosanitarios durante la próxima primavera, sin tener problema alguno de residuos por ello. La conselleria ultima ahora un protocolo para concretar las fechas y los modos más oportunos en la aplicación de sendos formulados y será también la Administración autonómica la que se encargue de controlar, coordinar y difundir este programa. A priori y según la citada resolución ministerial se tendrán que realizar en primavera un máximo de dos aplicaciones, espaciadas al menos 15 días y con un plazo de seguridad de 100. “Ojalá el Gobierno actúe con la misma celeridad en el futuro, cuando comience a aplicarse la nueva regulación europea y se reduzcan aún más el número de fitosanitarios permitidos, especialmente para cultivos ‘menores’, como el caqui pero también para otras muchas hortalizas cuya viabilidad está amenazada”, advierte Aguado.
La Mycosphaerella navae se detecta por la aparición de manchas foliares de color marrón. Las hojas afectadas toman un color amarillento y finalmente caen al suelo, como también lo hacen de forma masiva los frutos. A estas alturas del ciclo, antes de realizar los tratamientos de primavera, se recomienda a los agricultores que eliminen con quemas o ‘rotovatando’ las tierras la hojarasca que ahora se acumula en el campo, pero también en los lindes, caminos, acequias e incluso parcelas colindantes. Sólo así se podrá rebajar el nivel de inóculo del hongo.
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