El PE ha apoyado hoy una directiva que introduce un etiquetado nutricional obligatorio. Esta norma busca dar información más clara a los consumidores sobre la composición de los alimentos y evitar cargas administrativas innecesarias para las empresas. Los diputados proponen incluir las proteínas, fibra y «grasas trans» entre los valores obligatorios indicados en las etiquetas. Además, rechazan un sistema a modo de «semáforo» que informe del contenido en sal, azúcar y grasas de los alimentos.
La legislación europea cuenta con numerosos reglamentos y directivas sobre las etiquetas y los valores nutricionales de los alimentos. La directiva propuesta tiene como objetivo simplificar y actualizar la normativa vigente para que los consumidores reciban una información más clara y precisa y puedan elegir con conocimiento de causa los alimentos que se llevan a sus casas. Además, la simplificación normativa evitará las cargas administrativas innecesarias a las empresas en el sector de la alimentación.
La ponente, Renate SOMMER (PPE, Alemania), dijo sentirse «especialmente satisfecha con el resultado de la importante votación de hoy sobre normas más claras de información. Personalmente, me parece muy bien que los diputados no hayan apoyado el sistema de semáforo, pero pienso que podemos seguir trabajando para mejorar la propuesta e informar mejor a los consumidores».
El Parlamento Europeo ha fijado su posición sobre esta normativa con 559 votos a favor, 54 en contra y 32 abstenciones.
Etiquetado nutricional obligatorio
La nueva normativa introducirá un etiquetado nutricional obligatorio, en el que el contenido energético, las grasas, los ácidos grasos saturados, los carbohidratos, los azúcares y la sal tendrán que ir claramente indicados en la parte frontal del envase. La Eurocámara propone incluir las proteínas, la fibra y las «grasas trans» en esta lista.
Con el fin de que los consumidores puedan comparar distintos alimentos, los diputados proponen que sea obligatorio indicar la cantidad diaria necesaria expresada en valor de 100 g o 100 ml. Por otro lado, el PE sugiere introducir criterios para facilitar la lectura del etiquetado nutricional, como el tamaño de fuente fijo, el tipo de fuente o el contraste entre el texto y el fondo.
Además, la Eurocámara exige que sea obligatorio indicar el contenido de nanomateriales en los ingredientes de los alimentos.
No al semáforo para comidas procesadas
El pleno rechazó, por 243 votos a favor, 398 en contra y 16 abstenciones, una enmienda presentada por los grupos socialista, verdes y la Izquierda para introducir un sistema a modo de «semáforo» en las etiquetas de las comidas procesadas. Según esta iniciativa, los colores rojo, ámbar y verde variarían en función del contenido alto, medio o bajo de sal, azúcar y grasa. Los diputados también se han opuesto a la posibilidad de aplicar este sistema a nivel nacional.
Indicación del país de origen
En la actualidad, la indicación de origen es obligatoria para algunos productos, como la carne de ternera, las frutas y verduras, la miel y el aceite de oliva. Los diputados proponen ampliar esta obligación a toda la carne, los productos avícolas y otros productos perecederos de un solo ingrediente, así como el pescado y la carne cuando se utilicen como ingredientes en comida procesada. Sin embargo, los diputados piden a la Comisión que presente una evaluación de impacto previa.
Por otro lado, los parlamentarios subrayan que la carne procedente de degüello sin aturdimiento (práctica realizada en algunas tradiciones religiosas) tendrá que etiquetarse como tal.
Perfiles nutricionales
El pleno también ha rechazado una enmienda propuesta por la comisión de Medio Ambiente para suprimir los perfiles nutricionales de la legislación actual relativa a las declaraciones nutricionales y las propiedades saludables en los alimentos.
Comidas no procesadas y alcohol excluidos
Los diputados exigen excluir de esta legislación la comida no procesada, como, por ejemplo, la carne comprada en una carnicería.
La Comisión Europea propuso excluir del etiquetado nutricional obligatorio el vino, la cerveza y las bebidas espirituosas, puesto que estos sectores ya están sujetos a legislación específica. No obstante, la Eurocámara sugiere dejar fuera todas las bebidas alcohólicas para evitar que se apliquen normas diferentes a estos productos.
En cuanto a los refrescos con alcohol destinados a los jóvenes, la Comisión sugirió introducir una lista obligatoria de ingredientes. Los parlamentarios apoyan este planteamiento y subrayan que estas bebidas deben separarse claramente de los refrescos sin alcohol en los comercios.
Plazo de aplicación
No está previsto que los Estados miembros consigan alcanzar un acuerdo en breve, por lo que, en principio, la directiva volvería al Parlamento para su segunda lectura. Una vez aprobada, las empresas alimentarias tendrían tres años para adaptarse a las nuevas normas. Sin embargo, las compañías de tengan menos de 100 empleados y un volumen de negocios anual inferior a cinco millones de euros, dispondrán de cinco años. Los diputados proponen que las microempresas que fabrican alimentos artesanales queden excluidas de la directiva.
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