Yoo Jeong-bok, Ministro de Agricultura de Corea del Sur ha presentado su dimisión debido a la magnitud que ha tomado el problema de la fiebre aftosa en el país. Aunque considera que su gestión ha sido adecuada y ha hecho todo lo que estaba en su mano, esto no ha evitado que desde que la enfermedad reapareció a finales de noviembre, se hayan confirmado 144 casos y se hayan tenido que sacrificar 3 millones de cabezas de las que 2,6 millones corresponden a porcino y el resto a rumiantes.

El gobierno inicialmente aplicó medidas de sacrificio y cuarentena pero a partir del día de Navidad se inició la vacunación de la cabaña, estrategia sanitaria a la que la administración se había resistido por las implicaciones comerciales que tiene, pero a la que finalmente habían recurrido por la ineficacia del sistema convencional de erradicación.

Todavía no se sabe si el presidente del gobierno coreano aceptará o no la dimisión de su Ministro. No obstante, ya hay antecedentes de que la fiebre aftosa le ha costado el cargo a más de un ministro. Hace 10 años, Antonio Berhongaray, Secretario de Agricultura de Argentina (en aquel entonces no existía Ministerio de Agricultura), presentó su dimisión, que fue aceptada, y aunque oficialmente no se dio el motivo de la misma, la prensa dio por hecho que los numerosos casos de fiebre aftosa que se habían extendido por el país eran la causa de que hubiera tenido que renunciar a su cargo.

También hace 10 años, en el Reino Unido se produjo una tremenda crisis ganadera dado que el virus de la fiebre aftosa se propagó por gran parte del país, confirmándose más de 2.000 casos de la enfermedad y teniendo que sacrificar millones de cabezas. El entonces Ministro de Agricultura británico, Nick Brown, no presentó la dimisión, pero la prensa británica recogió que su gestión de la crisis de la fiebre aftosa fue lo que le costó su cartera y provocó su degradación a Secretario de estado de Trabajo en la remodelación del gobierno que Tony Blair hizo en su segunda legislatura.