Esta semana, la recientemente creada Oficina de la Leche francesa, que es una iniciativa promovida por varios asociaciones de ganaderos y que corre paralela a la interprofesional láctea francesa CNIEL, ha presentado un nuevo modelo de contrato. Aunque el texto de este modelo no ha circulado todavía, si se han desvelado algunas novedades. Una de ellas es que establece un precio base de la leche referida a los costes de producción.
Otra novedad, que es sin duda, la más significativa, es que el productor de leche es propietario de los volúmenes recogidos en el contrato y podrían cederse contratos. Este modelo de contrato está pensado de cara a cuando desaparezca el sistema de cuotas en 2015. Su objetivo es poder garantizar la producción de leche del ganadero y por tanto, reemplazar las cuotas desaparecidas (que son un derecho a producir) por un contrato que daría derecho a su firmante a entregar a una determinada industria, una determinada cantidad de leche a un determinado precio. Los contratos firmados podrían cederse entre ganaderos.
Según la Asociación francesa de Productores de Leche (APLI), que es uno de los integrantes de la Oficina de la Leche, este modelo de contrato busca regular la producción (que es la única arma con la que cuentan los productores para negociar con la industria) y no los mercados ni las organizaciones de productores.
Sin embargo, no todos los ganaderos comparten la misma opinión que la Oficina de la Leche, en la que además APLI participan la Organización de Productores de Leche (OPL) y la Confédération Paysanne.
La FNSEA, organización agraria mayoritaria en Francia, que participa en CNIEL a diferencia de las otras tres asociaciones, tiene una opinión bien diferente. Considera que el modelo propuesto por la Oficina de la Leche no refleja la realidad del mercado. La FNSEA es más proclive a contar con un modelo de contrato que vincule a una organización de productores con un comprador y que dicha vinculación se haga en una dimensión regional.
El Ministro francés de Agricultura, Bruno Le Maire, siempre ha apoyado la regulación de los contratos como solución a la crisis del mercado de la leche. Tanto es así, que en diciembre pasado ya se contaba con un decreto aprobado que daba el marco legislativo necesario. Sin embargo, todavía no se ha encontrado un modelo de contrato que satisfaga a todas las partes. Al inicio de la presente campaña, las industrias presentaron a la ganaderos unos modelos de contratos con unas condiciones que hasta el propio Le Maire dijo en público que eran totalmente inaceptables que debían volver a revisarse.
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