El sector remolachero atraviesa una crisis grave que amenaza su continuidad en España, según ha denunciado la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos. La organización estima que la superficie de cultivo ha caído ya en torno al 40 %, empujada por el desplome de los precios en origen y la reorientación de la industria hacia el refinado de azúcar importado.
La bajada del precio del azúcar, que ha pasado de 619 €/t a 540 €/t en lo que va de campaña, ha repercutido directamente en los agricultores, que han visto reducida la retribución por su producción en una proporción similar. A esta situación se suma el encarecimiento de los costes productivos y la pérdida de herramientas fitosanitarias eficaces, lo que ha reducido considerablemente los rendimientos.
Unión de Uniones afirma que la única manera de mantener el cultivo es a través de la ayuda acoplada y otros pagos ligados a compromisos agroambientales, aunque matiza que estas ayudas “acaban siendo descontadas del precio de la remolacha”. La organización también ha señalado como responsable a la reestructuración industrial, que estaría dejando de lado la remolacha estatal en favor del refinado de azúcar importado.
Denuncian pasividad institucional y exigen transparencia en el etiquetado
Desde la organización se critica que los proyectos industriales para sustituir el azúcar nacional no son nuevos y que las administraciones, tanto autonómicas como estatales, ya conocían el rumbo de esta transformación sin haber adoptado medidas para frenarla. A su juicio, “solo importa abastecer el consumo interno —estimado en 1,5 millones de toneladas— aunque ello implique dejar caer un cultivo tradicional como la remolacha”.
Por ello, Unión de Uniones ha exigido un sistema de etiquetado que permita al consumidor diferenciar el azúcar producido a partir de remolacha cultivada en España del refinado importado, especialmente cuando proviene de países que no cumplen los mismos estándares ambientales ni laborales. En este sentido, alertan de los efectos del posible acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur, que podría facilitar aún más la entrada de azúcar desde países como Brasil.
Especial incidencia en Castilla y León y Andalucía
Las principales zonas productoras, como Castilla y León —donde se concentra el 76 % de la superficie nacional con siembra primaveral— y Andalucía —que representa el 16 % con siembra otoñal—, ya han sufrido importantes reducciones de superficie. La organización advierte de que esta tendencia continuará si no se garantiza la compra de remolacha a precios que permitan cubrir los costes de producción.
En un contexto en el que la autosuficiencia alimentaria se plantea como una prioridad estratégica, Unión de Uniones recuerda que España solo produce actualmente el 25 % del azúcar que consume, debiendo importar el resto, en gran parte desde Francia y países extracomunitarios.
La organización concluye que “el sector está ahora mismo sobre un castillo de naipes” y urge a ordenar el mercado y la cadena de valor para evitar su desaparición.
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