Un nuevo ataque de lobo a plena luz del día y en las inmediaciones de una urbanización ha vuelto a sembrar la alarma entre los ganaderos de Guadalix de la Sierra, en la Comunidad de Madrid. La explotación de la familia Gil, que ya ha sufrido varias agresiones anteriores, registró el pasado domingo 20 de julio un nuevo incidente en el que un ejemplar adulto accedió a la finca sobre las nueve de la mañana y atacó a una oveja mientras el responsable de la explotación se ausentaba momentáneamente, según informa ASAJA Madrid.
El animal, que no llegó a rematar la presa, provocó heridas graves en la oveja antes de ser ahuyentado por la presencia del ganadero. Un vecino de la zona grabó al lobo en vídeo mientras se alejaba del lugar, un documento que refuerza la denuncia del ganadero sobre la frecuencia y gravedad de estos episodios. Según el relato de Javier Gil, “los animales apenas han estado media hora solos” y en ese breve intervalo el lobo ya había entrado y causado daños significativos.
Proximidad a viviendas y preocupación creciente
El ataque tuvo lugar a escasos 50 metros de la calle Vega de la urbanización Guadalsierra, lo que añade un elemento de inquietud adicional al tratarse de una finca colindante con una zona habitada. ASAJA Madrid ha expresado su preocupación por la pérdida de la natural “cautela” del lobo, subrayando que este tipo de incursiones a plena luz del día y en áreas tan próximas a viviendas evidencian un cambio de comportamiento preocupante.
Francisco José García, presidente de la organización, ha subrayado que “no se trata de generar miedo entre la sociedad, pero sí de tomar conciencia y medidas urgentes”. La explotación afectada no es de grandes dimensiones ni está aislada, lo que impide aplicar medidas como el uso de mastines ante el tránsito habitual de personas y su cercanía a un colegio.
Más de 200 ovejas atacadas en la zona
Javier Gil estima que este mismo ejemplar ha sido responsable de más de 200 ataques a ovejas en la zona. En lo que va de 2024, la familia ha perdido ya cinco cabezas de ganado. Según denuncia, “este lobo pierde la vergüenza, no le achanta nada”, y apunta a la posible crianza de cachorros como causa de su mayor actividad y agresividad.
Los ganaderos aseguran conocer sus movimientos, con una trayectoria descendente desde la sierra hacia zonas como el Cerro de San Pedro o Colmenar Viejo. Según Gil, esta información suele ser ignorada en los informes técnicos que valoran las denuncias, en los que a menudo se indica que no hay pruebas concluyentes de que los ataques sean obra del lobo.
Desde el sector se critica la falta de equilibrio entre la protección de la especie y la protección del ganado. “Aquí se mira por el lobo a toda costa, en nada por el ganadero”, lamenta Gil, que insiste en que los hechos “hablan por sí mismos” y que la situación “se nos está yendo de las manos”.
El animal estaba muerto de hambre. Llevaba muchos días sin comer nada.
Pues mire, puede ir usted a la zona a echarle de comer carne todos los días y así no ataca al ganado, pues los ganaderos viven de su ganado y gracias a ellos y a los agricultores comemos el resto de la población. O, si no, ¿qué comemos? ¿los móviles, o los plásticos?