Un grupo de doce Estados miembros de la Unión Europea, liderados por República Checa, Austria, Hungría, Italia y Eslovaquia, y con el respaldo de Francia, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Portugal, Rumanía y España, ha solicitado a la Comisión Europea la ampliación de la protección de las denominaciones de los productos de origen animal. El objetivo es impedir que estas denominaciones sean utilizadas por productos de origen vegetal que imitan en apariencia, sabor o textura a los alimentos animales.
Según informa ANICE, la petición se produce ante el creciente número de productos vegetales que emplean términos como “carne”, “huevo”, “miel” o “pescado” en su etiquetado y que, según los países firmantes, pueden inducir a error al consumidor sobre su composición y valor nutricional. Los firmantes reclaman que la normativa garantice una información clara y veraz, extendiendo al resto de productos animales la protección ya vigente en el sector lácteo, recogida en el Reglamento (UE) 1308/2013.
Desde las organizaciones representativas del sector, como ANICE, AVIANZA, CEDECARNE o ANFACO-CECOPESCA, se denuncia que los productos vegetales usurpan denominaciones tradicionales profundamente arraigadas en la cultura alimentaria europea. Estas entidades advierten que la actual situación crea confusión y daña tanto a los productores como al consumidor.
El director general de ANICE ha defendido que “es imprescindible que se practique un juego limpio y unas reglas claras” y que no se trata de oponerse a otras formas de alimentación, sino de “llamar a cada cosa por su nombre”. Esta organización, junto con las demás citadas, impulsa la iniciativa “Cada Cosa por su nombre”, que exige la protección de términos vinculados a productos de origen animal y el freno al uso indiscriminado del concepto “plant-based”.
Las organizaciones también defienden los beneficios nutricionales de los productos animales frente a las alternativas vegetales, destacando que la matriz digestiva de la carne, el pescado o los huevos aporta nutrientes esenciales como la vitamina B12 o los ácidos grasos Omega 3. Según un estudio realizado recientemente por Sigma Dos, solo el 25 % de los consumidores españoles considera más saludables los productos vegetales que imitan carne. Además, el 70 % cree que su etiquetado puede generar confusión.
Los países firmantes reclaman una regulación uniforme a escala comunitaria que garantice coherencia legal y protección al consumidor. Consideran que, del mismo modo que se protege el patrimonio regional mediante figuras como las Denominaciones de Origen (DOP) o las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP), debería preservarse también el uso tradicional de términos como “jamón”, “hamburguesa” o “chorizo”.
Está previsto que esta propuesta se aborde durante el próximo Consejo de Agricultura y Pesca de la UE, que se celebrará los días 23 y 24 de junio en Bruselas, donde podrían definirse nuevas líneas de acción legislativa.
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