Un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha puesto en evidencia las persistentes brechas que enfrentan las mujeres rurales en América Latina y el Caribe en su participación en los sistemas agroalimentarios, al tiempo que ofrece propuestas concretas para avanzar en su empoderamiento.
Bajo el título La situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios: Un enfoque regional para América Latina y el Caribe, el estudio actualiza y profundiza los análisis globales presentados por la FAO en 2023. Incorpora datos específicos de mujeres rurales, indígenas, jóvenes y afrodescendientes, y resalta su papel en la producción, comercialización y procesamiento de alimentos, así como en el trabajo de cuidados no remunerado.
El informe indica que las mujeres representan el 36 % de la fuerza laboral en los sistemas agroalimentarios de la región, y que el 71 % de ellas se desempeña en sectores no agrícolas como la manufactura de alimentos, la comercialización y las ventas. En actividades con mayores márgenes de beneficio, como el transporte, su participación se reduce drásticamente al 9 %.
La FAO advierte sobre desigualdades estructurales que impiden el desarrollo de las mujeres rurales, como el limitado acceso a la tierra, el agua, el ganado, el financiamiento, los servicios de extensión y las tecnologías. También destaca la sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidados, lo cual restringe sus oportunidades de empleo y formación.
Pese al aumento en su participación en actividades agrícolas en las últimas dos décadas —un fenómeno único en esta región—, la FAO señala que ello no se ha traducido en mejoras en acceso a recursos productivos ni en representación en la toma de decisiones. Las mujeres tienen además menos posibilidades que los hombres de desempeñar trabajos a tiempo completo, lo que refleja una mayor irregularidad laboral.
El informe alerta también sobre la inseguridad alimentaria, que afecta más a las mujeres que a los hombres. En 2022, la brecha de género en inseguridad alimentaria moderada o grave fue de 9,1 puntos porcentuales, después de haberse ampliado a 11,5 puntos durante la crisis sanitaria de 2021.
En cuanto a las políticas agrarias de la región, la revisión realizada por la FAO muestra que solo el 26 % incluye la igualdad de género como objetivo explícito, y menos del 15 % aborda aspectos como normas sociales discriminatorias, cambio climático o resiliencia. No obstante, destaca que América Latina y el Caribe lidera la integración del enfoque de género en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN), lo que constituye una oportunidad para avanzar en políticas públicas más inclusivas.
Entre las recomendaciones clave del informe se encuentran el impulso a reformas legales que garanticen la propiedad conjunta de la tierra, el diseño de políticas e inversiones con enfoque de género transformador, y la mejora del acceso a tecnologías, capacitación y servicios financieros. La FAO también enfatiza la importancia de la acción colectiva como herramienta para fortalecer el poder de negociación y la resiliencia de las mujeres frente a crisis.
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