Entrevistamos a Javier de Sebastián, presidente de ANOVE, quien analiza el momento actual que vive la investigación en nuevas técnicas genómicas, los principales obstáculos a su implantación en Europa y la posición del sector obtentor ante el debate sobre la propiedad intelectual.
¿En qué punto se encuentra actualmente la investigación con nuevas técnicas genómicas en el ámbito agrícola? ¿Qué obstáculos están frenando su implantación?
Las técnicas genómicas están en plena ebullición como consecuencia de las herramientas biotecnológicas que se han desarrollado en los últimos años tras la irrupción de la edición génica. Sin embargo, en Europa todavía no están admitidas en el ámbito agrícola y alimentario, lo que está generando un importante retraso a la hora de desarrollar nuevos productos. Como en cualquier tecnología, existe una curva de aprendizaje que es esencial superar antes de que sea plenamente funcional.
Este año, el 14 de marzo, el COREPER de la Unión Europea alcanzó un texto de consenso que esperamos que sea ratificado por el Consejo durante la Presidencia polaca, antes del 30 de junio de 2025. Si todo va bien, los trílogos entre el Parlamento, la Comisión y el Consejo podrían empezar a continuación y terminar bajo la Presidencia danesa, con lo que podríamos tener una reglamentación publicada antes de que acabe el año 2025.
¿Qué cambios ha propuesto la Presidencia polaca para avanzar en el expediente sobre las NTG?
La Presidencia polaca ha priorizado este expediente desde principios de año, presentando una nueva propuesta que partía del texto inicial de la Comisión pero que modificaba algunos puntos comprometidos para facilitar el avance de las negociaciones. Entre las cuestiones más preocupantes para el sector obtentor estaban la posibilidad de que los Estados miembros pudieran aplicar el mecanismo de opt-out para excluir todo o parte de su territorio del uso de estas tecnologías, la obligación de verificar la no presencia de patentes en los registros de variedades NGT, o la exclusión de patentes en los NGT1(organismos NGT esencialmente equivalentes a los convencionales).
Afortunadamente, en la versión final pactada en el COREPER, estos puntos se han corregido y el texto acordado está mucho más alineado con las expectativas del sector. Ahora toca esperar a las negociaciones en los trílogos.
Hay cierta preocupación sobre las patentes en la innovación. ¿Cuál es la complejidad del tema? ¿Cuál es la posición de ANOVE?
En el mundo vegetal existen dos sistemas de propiedad intelectual que se solapan y complementan: las patentes y la protección de variedades vegetales (PBR o derechos de obtentor). La complejidad surge cuando los derechos y alcances de las patentes pueden interferir y distorsionar los correspondientes a los derechos de obtentor. Los dos puntos críticos son, por un lado, la no patentabilidad de los procesos esencialmente naturales o de los productos obtenidos de estos procesos, y por otro, garantizar que el privilegio del obtentor no se vea limitado, de forma que no se pueda confiscar ni la diversidad genética ni el acceso a la innovación.
Desde ANOVE consideramos que es necesario actualizar el marco regulatorio de los derechos de obtentor para incorporar los avances tecnológicos surgidos desde el Tratado UPOV de 1991, además de corregir algunas deficiencias detectadas en su aplicación. También creemos fundamental generalizar la implantación de la Patente Unitaria Europea para clarificar el alcance de las patentes y habilitar una exención limitada para los obtentores.
¿Cuál es la diferencia clave entre las NTG y los organismos modificados genéticamente (OGM) convencionales desde el punto de vista científico y regulador?
Primero, es importante aclarar los conceptos. Las NTG son un conjunto de nuevas técnicas genéticas, siendo la edición genética la más destacada hoy en día. En cambio, un OGM es un organismo, sea vegetal, animal o microorganismo, en el que su material genético ha sido modificado mediante técnicas de biotecnología.
La cuestión y el debate surgen porque la normativa vigente sobre OGM’s en Europa, que data de 2001, se estableció pensando principalmente en los transgénicos. Aunque con las NTG también se pueden generar transgénicos, lo habitual es utilizar estas técnicas para producir mutaciones específicas que podrían darse espontáneamente en la naturaleza, lo que en la jerga reglamentaria ha venido a denominarse “organismos NGT1”. Estas nuevas tecnologías son herramientas muy valiosas que se suman a la caja de herramientas de los mejoradores vegetales, aportando precisión, rapidez y unos costes razonables.
¿Qué cultivos podrían beneficiarse más de la aplicación de las NTG en el corto plazo?
En principio, todos los cultivos pueden beneficiarse de estas tecnologías en el corto plazo. Sin embargo, los que acumulan un mayor número de desarrollos en diferentes estados de avance, desde la fase comercial hasta la investigación más temprana, son los cereales (incluido el maíz), las oleaginosas, las hortalizas, los tubérculos y raíces, y las frutas.
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