El último informe trimestral del USDA sobre cerdos y lechones, con datos al 1 de marzo, ha sorprendido con cifras inferiores a las esperadas. El inventario total se sitúa en 74,5 millones de animales, lo que supone un descenso del 0,5 % respecto al trimestre anterior y un 0,24 % menos en comparación interanual, frente a unas previsiones que apuntaban a un incremento del 1,2 %. La reducción afecta tanto al censo de cerdos de cría (un 0,6 % menos) como a los cerdos de sacrificio (un 0,2 % menos), contradiciendo los pronósticos que estimaban ligeros aumentos en ambos casos.
Por rangos de peso, los animales de más de 81,6 kg (180 libras) son los únicos que han crecido, con un incremento del 0,5 % respecto a marzo de 2024. En cambio, el resto de categorías han caído entre un 0,3 % y un 0,4 %. En total, la cifra de cerdos con un peso inferior a 81,6 kg ha disminuido un 0,4 %, lo que podría impactar en los niveles de sacrificio entre abril y agosto, según expertos de la Universidad de Missouri.
Este ajuste a la baja responde en parte a la caída del 0,2 % en la producción porcina registrada entre diciembre y febrero. Aunque las cerdas paridas disminuyeron un 1,3 %, este dato se compensó con un nuevo récord de 11,65 lechones por camada, un 1,0 % más que el año anterior. Según estudios recientes, la producción de cerdos en EE. UU. sigue una tendencia ascendente similar a la de los cultivos en hileras, con una media de crecimiento del 1,1 % anual desde 1994. Esta tendencia parece lejos de agotarse, ya que algunos países europeos, como Dinamarca, superan los 15 lechones por camada.
En términos de previsiones, las intenciones de parto caen un 2,4 % para la primavera, pero repuntan un 1,6 % en verano. Esta evolución influirá directamente en la disponibilidad de cerdos de abasto en la segunda mitad del año.
Baja disponibilidad de carne refrigerada y consumo estancado
El informe de almacenamiento en frío del USDA también refleja tensiones en el mercado. A finales de febrero, las reservas de carne de cerdo refrigerada aumentaron un 4 % mensual pero se situaron un 8 % por debajo del nivel del año anterior. Las reservas de carne de vacuno descendieron un 6 % en el mes y un 2 % interanual, mientras que las aves de corral subieron un 2 % respecto a enero, aunque bajaron un 3 % interanual.
A nivel de consumo interno, la carne de cerdo per cápita ha venido disminuyendo desde 2019. Se mantuvo en 22,6 kg (49,9 libras) por persona en 2023 y 2024, y se espera que suba levemente a 23 kg (50,7 libras) en 2025, según las estimaciones del USDA.
Exportaciones débiles en enero, pero con previsiones optimistas
Las exportaciones estadounidenses de carne de cerdo comenzaron el año con una contracción del 2 % en enero, hasta 261.800 t, como resultado del encarecimiento de los precios nacionales y la apreciación del dólar. Las caídas se concentraron en Japón y Corea del Sur, con retrocesos menores en Canadá, Colombia y República Dominicana. Aun así, se compensaron parcialmente con mayores ventas a China y Hong Kong.
El USDA ha revisado ligeramente a la baja sus previsiones para el conjunto de 2025, aunque sigue anticipando un crecimiento del 1,5 % respecto a 2024. Se espera un leve descenso interanual del 0,1 % en el primer trimestre (816.500 t), seguido de aumentos del 1,4 % en el segundo trimestre y del 2,3 % en los dos trimestres finales.
Rentabilidad y precio del cerdo: señales mixtas para 2025
El coste del pienso, especialmente el maíz, sigue siendo determinante para la rentabilidad porcina. La relación precio-cerdo/maíz se ha considerado tradicionalmente un indicador clave. En el último año, esta relación ha superado el umbral de rentabilidad de 20 a 1, lo que se ha traducido en márgenes positivos. Sin embargo, en el primer trimestre de 2025 apenas se ha alcanzado este valor, reflejando un posible freno en la expansión del hato.
En este contexto, el USDA proyecta un precio neto nacional medio ponderado de 189,5 €/100 kg canal (85,99 $/cwt) para el primer trimestre de 2025. Se espera que suba a 204,2 €/100 kg (92,61 $/cwt) en el segundo trimestre y a 208,9 €/100 kg (94,66 $/cwt) en el tercero, antes de retroceder a 179,7 €/100 kg (81,41 $/cwt) en el cuarto trimestre y a 177,6 €/100 kg (80,50 $/cwt) en el primero de 2026.
Estas previsiones están condicionadas a la evolución real de los partos, las condiciones del mercado internacional y posibles barreras arancelarias. Un escenario de demanda sólida y ausencia de expansión ganadera podría impulsar los precios, mientras que un exceso de oferta o frenos a la exportación podrían reducirlos.
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