El pasado 14 de marzo, el Consejo de la UE respaldó la propuesta de la Comisión Europea para establecer aranceles sobre determinados productos agrícolas y fertilizantes procedentes de Rusia y Bielorrusia. El Parlamento Europeo, que todavía está debatiendo la propuesta, deberá adoptar su posición para iniciar las negociaciones con el Consejo y acordar un texto definitivo.
La Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (ANFFE) consideran que la propuesta es una medida urgente y necesaria para proteger a la industria europea. La asociación alerta de que una aplicación tardía de los aranceles podría provocar el cierre irreversible de varias plantas en la UE, con la consiguiente pérdida de empleo directo e indirecto. Asimismo, ANFFE reclama que el enfoque comunitario sea aún más ambicioso, dado el riesgo al que se enfrenta actualmente el sector.
Para ANFFE, la medida de la Comisión Europea busca frenar el aumento de las importaciones rusas a bajo coste y reforzar la autonomía estratégica de Europa en el ámbito agrícola e industrial. La Comisión pretende así reducir la dependencia europea de insumos críticos, asegurar el cumplimiento de los estándares medioambientales y limitar los ingresos rusos que puedan sostener el conflicto en Ucrania.
Entre los objetivos principales de la propuesta se encuentran:
- Reforzar la autonomía estratégica europea en fertilizantes y alimentos.
- Eliminar la capacidad de Rusia para manipular los precios del mercado europeo.
- Reducir los recursos financieros que permiten a Rusia sostener la guerra en Ucrania.
- Garantizar que los fertilizantes importados cumplan con los estándares europeos, fomentando una producción más sostenible y con menor impacto ambiental.
Desde Bruselas se considera que el impacto de los aranceles sobre los precios será marginal y no comprometerá la disponibilidad de fertilizantes, dado que existen proveedores alternativos en otras regiones. Además, se espera que los productores europeos puedan reactivar cerca del 30 % de su capacidad actualmente inactiva, lo que contribuiría a reforzar la oferta interna.
En los últimos años, las importaciones de fertilizantes rusos han aumentado de forma alarmante en la Unión Europea. En el caso de España, se han incrementado un 75 % en 2024 respecto al año anterior. ANFFE denuncia que estos productos llegan al mercado europeo a precios muy por debajo de los costes de producción, favorecidos por un gas subvencionado y estándares ambientales laxos en Rusia. Esta práctica está afectando a la competitividad de la industria europea y generando una dependencia estructural que pone en riesgo la sostenibilidad de la cadena de suministro agrícola y la seguridad alimentaria europea.
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