La última acción del Congreso de EEUU antes de la entrada de Trump ha sido la aprobación de un presupuesto de 30.780 M$ para ayudar a los agricultores. De esta cantidad, 10.000 M$ están destinados a compensar pérdidas económicas por la caída de los precios de cultivos y el resto para responder a desastres naturales, como huracanes recientes. Esta acción marca una oportunidad para analizar el apoyo público y político hacia los pagos agrícolas.
Apoyo público a pagos agrícolas
El Gardner Food and Agricultural Policy Survey (GFAPS) es una encuesta realizada a 1000 consumidores estadounidenses entre mayo de 2022 y noviembre de 2024, que ha revelado patrones claros en el apoyo de la población de EEUU hacia diferentes tipos de ayudas agrícolas. Los pagos en respuesta a desastres naturales es la medida que la opinión pública más respalda. El 80% de los encuestados la veía bien. Consideran que los desastres naturales son inevitables y por tanto, está justificada la intervención gubernamental.
En contraste, los pagos para compensar los precios bajos de los cultivos son los que reciben el menor respaldo. Solo el 43% de los encuestados apoyan la medida, lo que pone de manifiesto la falta de comprensión o conexión emocional del público con las dificultades económicas derivadas de los mercados agrícolas. A pesar de ser necesarios para algunos sectores, estos pagos no logran captar el mismo nivel de respaldo que otras categorías como los pagos por realizar prácticas sostenibles que mejoren el medio ambiente o ayudas a las suscripción de seguros agrarios, que son bien vistos por el 65-75% de la población.
El respaldo hacia pagos relacionados con restricciones comerciales, aunque históricamente moderado tenían un respaldo moderado (51%) experimentó un aumento significativo tras las elecciones presidenciales de 2024, alcanzando un 57 %. Este incremento parece haber sido impulsado por la prominencia del tema de aranceles en la campaña de Donald Trump, destacando el impacto de los debates políticos en la percepción pública.
Por otro lado, los pagos para fomentar prácticas agrícolas sostenibles han mantenido un apoyo constante y positivo, ocupando el tercer lugar en preferencia pública. Asimismo, los subsidios al seguro de cultivos cuentan con el segundo mayor respaldo, lo que sugiere que el público valora las iniciativas que promuevan la estabilidad del sector agrícola.
Finalmente, los pagos directos para ayudar a los ingresos de los agricultores se posicionan en un nivel intermedio de apoyo de la opinión pública, aunque tienden a fluctuar dependiendo de las condiciones económicas y políticas del momento. Estas percepciones reflejan la importancia que los ciudadanos otorgan a la seguridad alimentaria nacional, pero también revelan un desconocimiento generalizado sobre los ingresos de los agricultores y el alcance de las ayudas otorgadas, lo que puede influir en las opiniones hacia ciertas políticas.
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