El incremento de las tarifas eléctricas en enero de 2025 está poniendo «al limite» a numerosas bodegas y afectando gravemente a los viticultores, según ha advertido la Asociación de Industrias Vitivinícolas Europeas (AIVE). La subida incluye el retorno del IVA del 10% al 21%, tras la finalización de las rebajas fiscales aplicadas durante la crisis energética, y un aumento del 33% en las tarifas del sistema eléctrico.

La AIVE ha señalado que este aumento supone un incremento significativo de los costes de producción para las bodegas y otras industrias relacionadas, algo que consideran «inasumible para muchas empresas». Además, la organización ha advertido que los viticultores, que ya trabajan con márgenes muy ajustados, verán reducida aún más su rentabilidad debido al encarecimiento de la electricidad.
La organización ha solicitado al Gobierno y a las empresas energéticas que la subida de las tarifas eléctricas se limite al Índice de Precios al Consumidor (IPC) y que se mantenga el IVA reducido al 10%. Según la asociación, estas medidas son esenciales para proteger la sostenibilidad económica del sector y evitar un impacto negativo en toda la cadena de producción.
Efectos en consumidores y otros sectores
El aumento de los precios de la electricidad no solo afectará al sector vitivinícola, sino también al consumidor final, ya que se espera una subida de los precios de los productos. Además, se ha recordado que otros costes esenciales para las industrias, como gas y carburantes, también han incrementado, lo que agrava aún más la situación.
La AIVE concluye que estos aumentos representan una amenaza para la competitividad y sostenibilidad del sector vitivinícola europeo, y urge al Gobierno a tomar medidas que garanticen la viabilidad de las empresas y agricultores.
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