La campaña apícola de 2024 ha resultado especialmente dura para el sector en Cataluña, con una producción que apenas alcanza entre el 65% y el 70% de la media histórica, según la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC). Las zonas más afectadas han sido las Terres de l’Ebre y el Camp de Tarragona, donde la producción de miel ha sufrido caídas drásticas, en especial en la variedad de romero.

La producción de miel de romero ha caído un 75% este año, afectada por el retraso en la floración y la falta de lluvias. Esta miel, una de las más valoradas en Tarragona, sigue sin recuperarse tras la pérdida del 90% registrada hace dos años. Otras variedades también han experimentado descensos significativos: la miel de alta montaña ha disminuido un 60%, la de azahar un 20%, la multifloral un 35% y otras floraciones un 40%.
En total, en las comarcas de Tarragona se han dejado de producir alrededor de 360 toneladas de miel, lo que representa pérdidas superiores a 2,5 millones de euros. En 2023, Tarragona produjo el 49% de la miel total de Cataluña, con 761 de las 1.555 toneladas producidas en todo el territorio.
La FCAC, ha destacado que, además de la sequía, existen otros factores que están agravando la crisis. La Vespa asiática, una especie invasora, afecta ya al 45% de las colmenas catalanas, con unas 10.000 colmenas perjudicadas solo en las comarcas de Tarragona. Esta situación obliga a los apicultores a trasladar sus asentamientos cada vez más lejos, dificultando la transhumancia.
Por otro lado, la varroa sigue siendo una de las mayores amenazas para las abejas. Este ácaro parásito debilita las colmenas hasta provocar su muerte, y los tratamientos actualmente disponibles resultan insuficientes, generando resistencias que dificultan aún más su control.
Además, la sequía de los últimos años ha duplicado los costos de suplementación alimentaria para garantizar la supervivencia de las abejas, junto con los tratamientos veterinarios necesarios para mantener las colmenas en buenas condiciones.
Competencia desleal en el mercado
Otro desafío significativo para el sector es la creciente entrada de mieles adulteradas y fraudulentas en el mercado catalán, procedentes de países terceros y vendidas a precios muy bajos. Esta competencia desleal supone un duro golpe para los apicultores locales, que ya enfrentan una delicada situación económica.
Reclamaciones del sector
Ante esta situación, la FCAC reclama medidas urgentes para apoyar al sector apícola en Cataluña. Entre las demandas destacan mejorar la eficacia de los tratamientos contra las plagas, especialmente la varroa, y establecer mecanismos de protección frente a la competencia desleal que representan las mieles fraudulentas. El sector considera fundamental garantizar la viabilidad económica de las explotaciones locales y proteger la calidad de la miel producida en Cataluña.
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