El Comité Europeo de Empresas Vitivinícolas (CEEV), junto con la Federación Española del Vino (FEV), ha manifestado su firme apoyo al acuerdo entre la Unión Europea y los países del Mercosur, destacando su relevancia para la sostenibilidad económica a largo plazo del sector vitivinícola europeo.

Tras 25 años de negociaciones, el CEEV ha instado a la ratificación inmediata del acuerdo, señalando los beneficios clave que aportará. Este tratado reducirá aranceles y simplificará las regulaciones comerciales con los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia), facilitando el acceso a nuevos mercados y atrayendo a un mayor número de consumidores.

El mercado brasileño, con aranceles actuales de hasta el 27% sobre los vinos importados y procedimientos de importación complejos, representa un caso destacado. Según el Observatorio Español del Mercado del Vino, en el primer trimestre de 2024, las exportaciones españolas de vino a Brasil alcanzaron los 2,2 millones de litros, con un valor de 5,3 M€ y un crecimiento superior al 20% en valor en los últimos años. Este mercado se posiciona como el tercer destino para el vino español en Latinoamérica y el primero entre los países del Mercosur.

El acuerdo también ofrece una oportunidad para diversificar mercados en una región con más de 300 millones de consumidores. Según datos del informe bilateral Mercosur 2023 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el vino y el mosto ocupan el segundo lugar entre los productos más exportados por la UE al bloque.

Desde la Federación Española del Vino, han subrayado que tratados como este son fundamentales para el crecimiento y la competitividad de las exportaciones vinícolas. La entrada en vigor del acuerdo permitiría no solo consolidar estos mercados, sino también fortalecer la imagen de los vinos europeos en el ámbito internacional.

El CEEV ha destacado, además, la alineación del acuerdo con los compromisos de sostenibilidad y prácticas responsables del sector vitivinícola europeo. Esta colaboración promueve tanto objetivos comerciales como medioambientales, reforzando los vínculos culturales e históricos entre las partes implicadas.

Ante estos beneficios, las bodegas europeas hacen un llamamiento a los responsables políticos para que ratifiquen el acuerdo sin más dilaciones, facilitando un escenario favorable para las exportaciones de vino europeo y fortaleciendo su posición en mercados estratégicos.