La actual campaña de vendimia será recordada como la más corta del siglo. Acorde a las previsiones, la cosecha se situará en torno a los 246 M kg de uva, lo que representa un 10% menos que el año pasado y una caída cercana al 50% en comparación con una campaña normal, según La Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC).
En la zona del Cava, aunque la producción de uva será limitada, se prevé un aumento del rendimiento en prensa, generando más litros de vino para compensar un déficit histórico en la elaboración. En cambio, en la Terra Alta, la cosecha estará muy por debajo de su capacidad habitual, y en el Empordà las pérdidas oscilarán entre el 30% y el 50%, marcando también la peor campaña de los últimos años.
La campaña ha estado marcada por una sequía prolongada. Pese a las lluvias registradas en primavera y verano, el régimen pluviométrico ha sido muy inferior a la media de los últimos 30 años. Las zonas más afectadas, como el Baix Camp, el litoral del Empordà, la Terra Alta, la Ribera d’Ebre y el Priorat, han registrado precipitaciones que apenas alcanzaron entre el 50% y 70% del promedio habitual, sin superar los 200 mm en muchas áreas.
Según la FCAC, la falta de agua ha impactado directamente en la productividad de los viñedos. A pesar de una ligera recuperación de las cepas respecto al año pasado, estas no han alcanzado los niveles esperados debido a la sequía.
Se advierte que, si las sequías asociadas al cambio climático se vuelven recurrentes, los cultivos de secano dejarán de ser viables. Esta pérdida de competitividad, unida a la falta de infraestructuras hídricas y al envejecimiento del sector, podría derivar en un abandono masivo de tierras de cultivo, con consecuencias sin precedentes para el sector agrario catalán.
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