Las siembras de patata en Castilla y León se estiman esta campaña algo mayores que las del año pasado. Frente a las 16.000 ha de 2022, en 2023 se prevé que se hayan podido superar las 17.000 ha, según las estimaciones de Eduardo Arroyo, agricultor y presidente de la Asociación de Productores de Patata de Castilla y León (APPACYL) en declaraciones a Agrodigital.com.
El grueso de las siembras de patata se realizó en marzo ya que los agricultores aprovecharon el buen tempero del suelo. Los tubérculos se estaban desarrollando bien, gracias a las elevadas temperaturas de abril, pero la bajada registrada en mayo ha frenado la tuberización, lo que no es nada bueno para el ciclo productivo del cultivo. Además, en estos días, se han producido heladas en distintas zonas, que han afectado negativamente a la planta. Habrá que esperar para ver como estas heladas han perjudicado a los rendimientos.
En cuanto el mercado, la situación es favorable. En Cartagena, donde los arranques de la patata temprana ya han empezado, se están pagando precios por encima de los 70 cts. Arroyo señala que si bien estos precios no son los de Castilla y León, si ponen de manifiesto que la tendencia del mercado es de precios altos. Se esperan precios altos.
A primeros de mayo ha comenzado la recolección de patata temprana en Sevilla- principal productora-, así como en Córdoba y Cádiz, con una superficie sembrada estimada levemente inferior a la del año pasado y con una reducción de producción en torno al 30%, como consecuencia de las heladas sufridas.
Esta campaña va a haber poca patata en el mercado, por lo que los precios estarán altos. Este hecho ha llevado a que muchos agricultores no hayan hecho contratos y que esperan vender directamente la patata a la mejor oferta. Paralelamente, los operadores tampoco han estado proclives a fomentar los contratos, ya que tendrían que haber ofrecido precios más altos pero con la amenaza de la creciente inflación. Arroyo, entendiendo el proceder tanto de vendedores como de compradores, considera que el sistema de contratos es el medio de dar estabilidad al sector.
En cuanto a los arranques, se espera que en Castilla y León, el grueso se produzca entre mitad de julio y mitad de agosto. Dado que las siembras no han sido escalonadas, tampoco lo tendrían que serlo los arranques, lo que puede provocar que se concentre la oferta de patatas en determinadas semanas. No obstante, la variabilidad meteorológica que se ha producido si que puede proporcionar esta escalonamiento que no han producido las siembras.
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