La actual legislación de la UE en materia de bienestar animal no satisface plenamente las necesidades actuales y futuras. Esta es la principal conclusión del informe que la presidencia del Consejo de Agricultura presentó en la reunión que se ha mantenido esta semana.

El informe señala que la aplicación de la legislación vigente no responde a las expectativas de la ciudadanía de hoy. El cumplimiento sigue siendo muy problemático en ámbitos como el transporte de animales, especialmente de larga distancia, el transporte de animales jóvenes o gestantes y la exportación de ganado, aunque se han realizado algunos avances. Algunos métodos de aturdimiento y el raboteo rutinario de los cerdos también plantean problemas importantes en cuanto al cumplimiento. Asimismo, faltan indicadores fiables para supervisar y fomentar mejoras en el bienestar de los animales.

El informe también destaca que debido a las diferentes expectativas de la ciudadanía, las preocupaciones éticas y las demandas del mercado, la situación varía de un Estado miembro a otro y de un sector a otro. Por tanto, se considera que debe adoptarse un enfoque armonizado a escala de la UE, ya que llevar a cabo actividades exclusivamente a nivel nacional conduciría a una situación en la que cada país contaría con una legislación propia y diferente, lo que provocaría más distorsiones de la competencia y unos niveles desiguales de bienestar animal.

Además, el informe se hace eco de las peticiones de muchos países, de un aumento de la coherencia entre el marco legislativo interno de la UE y su enfoque de las importaciones de productos de origen animal desde terceros países.

La Presidencia concluye que las normas vigentes deben modificarse para reflejar mejor las crecientes expectativas sociales, las preocupaciones éticas, los avances científicos y tecnológicos y los futuros
retos en materia de sostenibilidad. No obstante, señala que es preciso abordar los cambios en el bienestar de los animales de forma gradual y razonable para no poner en peligro la viabilidad económica de los agricultores ni socavar la sostenibilidad de la producción de alimentos en la UE.